Mi nombre es Dania Rosina Lombera Pérez, soy de Michoacán y vivo en un pueblo llamado “El Habillal” que se encuentra a 45 minutos de Cd. de Lázaro Cárdenas, tengo 23 años de edad y soy Diseñadora Gráfica, actualmente trabajo en una imprenta de la ciudad y estoy estudiando la maestría en administración (Green MBA) en la UMA.
Creo que la experiencia en la UMA comienza desde que la conocimos y decidimos emprender este viaje, para mí ha sido una serie de descubrimientos y de eventos o cambios personales que me han llevado al lugar correcto y en el momento correcto, justo antes de terminar mi carrera, en un día común y de la nada me di cuenta de por qué estaba yo ahí, en ese preciso momento y de cómo las circunstancias de las que en un momento me quejé eran parte esencial de mi viaje; yo crecí con mis tíos, debido al trabajo de mis padres, pasaba todas las tardes con ellos y mis primos, mi cercanía con ellos me ha permitido tener experiencias interesantes como estar en los patios llenos de cocos, y me ha producido una gran amor y respeto por el campo y la agricultura.
Mis tíos, hermanos, mis abuelos y mis padres han sido mi principal inspiración para tratar de unir dos de mi pasiones que son el Diseño Gráfico y la Sostenibilidad.
Considero que la UMA es lo que me dará la experiencia y herramientas para lograrlo.
Conocí la Universidad indagando en internet y solicite información, cuando llegaron las fechas hice mi solicitud y se me asignó un pequeño porcentaje de beca, pero aun así no me sería posible ingresar en ese año, entonces decidí esperar, conseguí un trabajo y justo antes de que se cerrarán las inscripciones, me escribieron con la noticia de que se me había asignado ésta beca, confieso que no sabía qué tipo de beca era, cuando lo supe me sorprendí mucho porque es la segunda vez que recibo algo de alguien que no conozco y que significa mucho para mi, porque ha llegado oportunamente y desinteresadamente, esas personas a las que no conoces pero que hicieron algo por ti, algo que te marcó en el corazón son personas a las que nunca olvidas y agradeces infinitamente; mi novio y yo decimos que siempre pasa lo que menos imaginas, cuando menos lo esperas y cuando más lo necesitas; para mi ha sido así y es por eso que sé que la oportunidad que se me ha brindado no se puede dejar pasar. La UMA es el mejor viaje que estoy viviendo.
Me ha sorprendido enormemente el ambiente de la UMA, llegas y es como si conocieras a todos desde hace años aunque los acabas de conocer y no recuerdas ni sus nombres, todos son tan amables y abiertos a nuevos conocimientos, ideas, posturas, hipótesis, preguntas y no respuestas. El modelo de aprendizaje es totalmente diferente a todos esos moldes con los que crecimos y venimos cargando, pero hemos decidido romperlos para poder armar nuestro propio criterio sobre el mundo en que vivimos y cómo esperamos que sea, es por eso que al final de cada taller todos llevamos un monto de piezas para analizar y tratar de armar nuevamente.
El último taller se dijo una frase, que me gustó mucho porque expresa cómo con tanta diversidad de personas, conocimientos y experiencias, somos diferentes uno de otro, en cualquier ambiente pero: “lo que nos es común no es el punto de partida, sino el punto de llegada. Lo que nos es diferente para llegar a lo que nos es común” – Benjamín-