
La situación socioambiental que me interesa está ligada a la integración comunitaria como vehículo para construir una sólida cohesión social – entendida como la unión entre los individuos que conforman una sociedad – en México.
Una forma tangible de lograr lo anterior es a través del desarrollo de un jardín comunitario urbano como un espacio de colaboración que puede impactar positivamente diferentes dimensiones socio-ambientales, como son, la generación y acceso a alimentos orgánicos; el rescate de espacios públicos y la prevención del delito; así como la construcción de un sentido de pertenencia en las personas que conforman esa comunidad. A largo plazo, mi interés es contribuir a la construcción de una sociedad más sostenible a través de la participación conjunta en el cuidado del medio ambiente por medio de la agricultura urbana, la preservación de espacios abiertos, la restauración del hábitat y el desarrollo agrícola de una comunidad.
Este interés personal tiene un segundo componente, ligado al proyecto educativo en el que trabajo actualmente. A lo largo de la maestría me gustaría desarrollar un proyecto para que los alumnos de la Escuela Alexander Bain, situada en la Ciudad de México, formen parte del equipo de construcción de un jardín comunitario cerca de su escuela. Este proyecto empezaría con un diseño curricular que contemple actividades que permita a niñas y niños de primaria identificar y relacionarse con el concepto de pertenencia a una comunidad donde todos sus miembros son igualmente importantes para lograr vivir en armonía unos con otros y con el medio ambiente que los rodea; el proyecto culminaría con la construcción del jardín mismo.
Finalmente, la construcción de un espacio que sirva para cultivar la unión entre los miembros de una comunidad al tiempo que cultivan alimentos orgánicos, tiene que ver con mi historia, con quién soy. Lo anterior debido a que desde que tengo memoria he formado parte de una comunidad, la comunidad que se generó alrededor de la Escuela Alexander Bain, fundada por mi abuela hace más de 60 años, como un espacio donde se cultivó la enseñanza-aprendizaje, la solidaridad, el crecimiento y el cuidado de uno por el otro. Hoy, en otra etapa de mi vida, como madre, me doy cuenta de la importancia de que mis hijas reconozcan a su vez la importancia de sí mismas, así como de cada uno de los miembro de la comunidad de la que forman parte, y al mismo tiempo de la importancia que tiene el cuidado del medio ambiente, aspecto fundamental que les permitirá crecer y desarrollar todas sus potencialidades.