El Buen Vivir
diciembre 22, 2019Modelos de negocios sustentables
febrero 14, 2020Por Gypsy Villacís Collí. Maestría en Proyectos Soocioambientales
Durante mis años como estudiante de preparatoria y universidad estuve vinculada en un contexto económico-administrativo y siempre tuve la curiosidad de saber cómo el turismo podría incidir de forma positiva con el entorno siendo un motor de desarrollo sostenible dirigido hacia el bienestar social y ambiental. La curricula de mi licenciatura no incluía materias relacionadas con la naturaleza o las actividades al aire libre, pues estaba fundamentada en las necesidades económicas que considera la hotelería, los restaurantes y las agencias de viaje emisivo.
Inmersa en el día a día de la vida citadina, había terminado una maestría que continuaba vinculando a la actividad turística sólo con el desarrollo económico, lo cual no era suficiente, yo tenía el presentimiento que el turismo tenía que tener impactos positivos en las personas y en la naturaleza, aunque las evidencias de los destinos turísticos desarrollados del país mostraran el desbalance de un modelo de desarrollo masivo.
El encuentro con la sustentabilidad
Fue en el año 2012 cuando viajé a Costa Rica a un Congreso de Planificación Estratégica en el que tuve la oportunidad de escuchar la palabra “Sustentabilidad” y relacionarla con otros muchos temas además del económico. Durante el año 2013 pude colaborar en el inicio de un proyecto agroecológico y, al estar en la naturaleza durante muchas horas, días e inclusos meses, comencé a observar por más tiempo, a capturar momentos, escenas y paisajes, a registrar, a dibujar pero ante todo a reconocer.
Recuerdo cuando decidí aplicar para estudiar después de siete años: una inquietud por la búsqueda de una opción que incluyera en su Plan de Estudios temas que me sorprendieran. Así encontré la Universidad del Medio Ambiente. Fue un verano del 2017 cuando fui invitada a disfrutar de un día en la UMA, desde entonces los lunes han tenido un sabor de motivación peculiar. La primera sesión que escuché fue con Victoria Haro, una explosión de energía, la sopa del conocimiento que había estado buscando.
Ser parte de una comunidad de aprendizaje disruptiva
Fue en enero del 2018 cuando experimenté y me sentí parte de una comunidad de aprendizaje disruptiva, elegí la Maestría de Proyectos Socioambientales y vinculé materias de la Maestría en Turismo Sostenible. Ha sido una experiencia turística hacia mi interior desde una mirada apreciativa para el cambio; un árbol de aile, una fogata, una ceremonia de cacao y umanos con sed de cambio nos recibimos en la montaña para transformarnos.
Así, la agricultura y la comunidad de aprendizaje se convirtieron en una dualidad en la cual pude coevolucionar. Me percaté que había sido parte de la construcción de las condiciones para cubrir mis necesidades básicas como modo de vida saludable y sostenible, por lo que empecé a observar a la actividad turística como un objeto de estudio que puede ser abordado desde diferentes perspectivas científicas brindando información y experiencias transformadoras.
Ahora me encuentro inmersa en un compromiso socioambiental dentro del manglar de la costa de mi ciudad natal Campeche, aplicando herramientas que inciden en las problemáticas comunitarias a través de estrategias que consideran el entorno como estructura, la comunidad como la energía vital y el proyecto que las direcciona.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente.