INCENDIOS FORESTALES EN VALLE DE BRAVO SEGUNDA PARTE
junio 23, 2024Las semillas de la UMA
junio 27, 2024Ella es doña Tila del Carmen, de una población rural en Tabasco, la conocí una mañana calurosa de octubre 2022, recuerdo verla entrar a la pequeña biblioteca pública que nos prestaron para realizar la graduación de nuestro primer grupo en el estado del programa de formación emprendedora Comienza tu Negocio de Pro Mujer, entró con paso seguro, muy guapa, peinado de salón, tacón alto, en ese vestido vino que la hacía ver excelsa, de inmediato le pregunté a Yaneth, mi facilitadora estatal: “quién es esa señora”, a lo que respondió, en ese tono típico de las tabasqueñas: “Ah es doña Tila, una de las emprendedoras, es la ganadora del reconocimiento al mayor puntaje mire, le voy a mostrar su foto de cómo llegó al lanzamiento (foto del ANTES)… no se la va a creer!!! Es nuestro mejor caso de éxito”, me dijo con una gran sonrisa. Y efectivamente al ver la foto, no lo creía.
Pero lo más mágico estaba por suceder. Al terminar la graduación doña Tila se acercó a mí para decirme: “Doña Yaneth me dijo que usted creó este curso, y yo quería agradecerle mucho, porque lo que me enseñaron cambió mi vida, antes yo estaba deprimida, no le veía sentido a nada, en el negocio yo dejaba que mi esposo decidiera todo.
Con el curso me di cuenta de todo lo que puedo lograr, de todo lo que valgo, ahora sé que soy una emprendedora, y hasta yo le digo qué hacer a mi esposo, aunque no le guste, ya salgo de la casa, y me dan ganas de arreglarme, hablo con los clientes y los proveedores, ahora hago muchas cosas que quiero hacer…” En resumen, es lo que dijo doña Tila y como pueden ver en las fotos su cambio, después de completar un programa de 5 semanas, era radical.
Hace unos años, tuve la oportunidad de conectar por segunda vez con un propósito mayor de vida, y a partir de ese momento dedicarme a diseñar e implementar programas de formación que contribuyen a fortalecer habilidades y transformar la vida de miles de mujeres latinoamericanas como Doña Tila.
Este propósito me ha llevado a buscar de forma constante herramientas, conocimientos y personas que me permitan cumplirlo de mejor manera, lo que me trajo a la UMA a estudiar esta la Maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
Foto: Fabiola Pascual
Si bien esta maestría me parece única en su tipo, y estoy muy agradecida de tener la oportunidad de ser parte de esta comunidad que me ha brindado tanto en lo profesional y lo personal en tan poco tiempo, también reconozco que este primer semestre fue más que retador; no sólo por tener que encontrar formas de acomodar todas mis nuevas actividades en una agenda muy apretada, además tener que hacerlo desde lo esencial, pero principalmente porque todo lo aprendido me retó a revisar la forma en que he diseñado mis programas de formación para el empoderamiento de las mujeres los últimos 10 años, llevándome incluso a cuestionarme si era correcto el término de empoderamiento, que analicé en mi trabajo final integrador, hasta cuestionarme cuál es mi verdadero rol en ese proceso.
Durante una asesoría con uno de mis profesores, me dijo una frase que ha cambiado para siempre mi labor profesional, refiriéndose a las mujeres para las que y con las que trabajo, parafraseando fue algo como:
“No las hagas objeto de tus metodologías, hazlas sujetas de sus procesos de aprendizaje”.
Creo que esa frase resume muy bien lo que este primer semestre ha representado para mí; un re pensar de mi agencia de cambio socioambiental, una nueva visión de cómo articular mi propósito de vida, nuevas formas de ver la innovación educativa, y un nuevo posicionamiento de mi rol como diseñadora de procesos de formación que pone realmente a las mujeres al centro de todo su proceso de aprendizaje.
El resumen de mis aprendizajes de los últimos seis meses hace resonancia con una definición de liderazgo que aprendí con un profesor de Harvard que dice:
“El liderazgo es aceptar la responsabilidad de habilitar a otras personas para lograr un propósito compartido en condiciones de incertidumbre.” (Marshall Ganz, 2022).
Que a su vez se alinea muy bien con el eje de agencia de cambio que es un valor agregado de esta universidad en toda su oferta educativa.
Lo que quiero decir con todo esto es que este primer semestre me ha hecho reflexionar sobre el rol de la educación en los procesos de fortalecimiento del liderazgo y la agencia de cambio de las mujeres latinoamericanas.
Organizaciones con las que trabajo se encuentran siempre en la urgencia de bajar fondos para llevar programas de empoderamiento de mujeres a todos los rincones del continente, por supuesto con la mejor de las intenciones, pero son iniciativas donde las mujeres siguen siendo objeto de esos programas; y aunque se reconoce la necesidad de empezar a trabajar más a nivel habilidades que fortalezcan la agencia, el liderazgo, la autoestima y la autonomía, siempre terminamos “dirigiendo” a las mujeres a lo que “creemos” es mejor para ellas.
Por eso espacios educativos como la UMA, que facilitan estos procesos de reflexión son tan valiosos y necesarios si realmente queremos empezar a cambiar la forma en que educamos y formamos a la niñez, juventudes, mujeres y hombres, con procesos realmente innovadores donde son sujetos y no objetos, centrados en fortalecer la agencia de cambio socioambiental.
Y esto es sólo el primer semestre, no puedo esperar a las reflexiones que traigan los siguientes tres.
Foto: UMA generación 2024
Escrito por: Mtra Cynthia Jaramillo Carvallo
Estudiante de la Maestría en Innovación educativa para la sostenibilidad 2024