
Proyecto Socioambiental Kamalli
octubre 13, 2025Cultivar la tierra va mucho más allá del suelo y las cosechas, como estudiantes de la Maestría en Agroecología, entendemos que cultivar también es cuidar, tejer relaciones y reconocer que cada semilla encierra una posibilidad de transformación.
Hemos descubierto que aprender no es únicamente escuchar, leer o debatir. Aprender también es vivir, encarnar en la experiencia cotidiana aquello que proclamamos en nuestras aulas y proyectos: la regeneración de la vida, la construcción de vínculos justos con la tierra y con quienes la habitan y cultivan, la búsqueda de coherencia entre pensamiento y acción.
Otras formas de consumo
Gracias a cada encuentro presencial -nuestros espacios de comunidad, conexión e inspiración- percibimos que la experiencia de aprender también se cultiva en lo cotidiano, en los actos que reflejan coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Desde esta convicción surge el deseo de abrir un nuevo sendero que acompañe nuestro proceso formativo: la reconexión con el alimento como práctica viva y coherente de regeneración.
Del encuentro con proyectos y productores que cultivan el cambio desde la tierra: respetando la biología del suelo, honrando los ciclos naturales y cuidando el agua como un bien común, surgen las canastas biodiversas, una iniciativa que busca enlazar nuestro aprendizaje con la acción concreta: fomentar el consumo consciente, fortalecer la producción agroecológica local y seguir tejiendo comunidades más justas y resilientes.
Hortalizas agroecológicas
Fotografía tomada por Andrea Uribe
Cada Canasta Biodiversa contiene aproximadamente 3.5 kg de alimentos frescos, diversos y libres de agroquímicos, provenientes de sistemas agroecológicos de distintas regiones de México. Cada entrega celebra la temporalidad de los alimentos, invitándonos a reconectar con los ciclos naturales de la tierra y a adaptar nuestra alimentación a lo que el territorio ofrece en cada estación.
Además de los productos de temporada incluidos en la canasta, se pueden adquirir de manera opcional productos transformados, como lácteos, pan, fermentos, especias y otros alimentos elaborados por productores comprometidos con la regeneración.
Conoce a los Productores
Nuevos caminos a través de los alimentos
La visión no es solo un cambio logístico: es una invitación a reconocernos parte de un tejido vivo, a fortalecer la economía de la región, a honrar el trabajo campesino y a experimentar en nuestro propio cuerpo la regeneración que enseñamos.
Comer puede ser también un acto pedagógico, una celebración de la vida y una declaración de principios.
Estudiantes armando canastas biodiversas
Fotografias tomadas por Andrea Uribe
Sentimos que el propósito que nos une no son conceptos abstractos e ideas que se quedan en los libros: se cultivan en la tierra, se cosechan con las manos y se comparten alrededor de la mesa.
Anhelamos que esta experiencia inspire a seguir tejiendo iniciativas similares en otros territorios, donde la agroecología florezca como camino común y la alimentación vuelva a ser un acto de cuidado, de reciprocidad y de regeneración.
Cada canasta, cada mesa y cada comunidad que se une en torno a la tierra, nos acerca un paso más al cambio profundo que nuestros sistemas alimentarios necesitan.
Que cada alimento compartido y servido sea una semilla de conciencia, una práctica de coherencia y un compromiso con el futuro que queremos juntos cultivar.
Biodiversidad
Fotografia tomada por René Fonseca
Iniciativa de los alumnos: Andrea Uribe, Juanita Herrera y Andrés Soler, estudiantes de Maestria en Agroecología y Sistemas Alimentarios Regenerativos
Escrito por: Andrés Soler (estudiante de la Maestria en Agroecología y Sistemas Alimentarios Regenerativos, Generación 2025)