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Educación Ambiental en la Era de la Ecoansiedad: De la Parálisis a la Acción
octubre 7, 2025La historia como reflejo de la vida del lugar
Reflexionar sobre la historia de un lugar me hizo pensar en cómo ésta se entreteje con la vida de cada habitante, humano o no humano, que lo ha habitado. Este pensamiento nos lleva al concepto biológico de coevolución, donde los seres vivos y su entorno cambian de manera conjunta. Influyéndose mutuamente a lo largo del tiempo.
Existe una especie llamada mantis orquídea, que con el paso del tiempo ha adaptado su forma y colores a los de la flor que imita. Aunque la mantis no influye directamente en la apariencia de la orquídea, la interacción entre ambas especies y sus polinizadores ha moldeado su comportamiento y evolución. Mostrando cómo el entorno transforma a quienes lo habitan.
Así como la mantis orquídea se adapta a su entorno, los seres humanos también interactuamos con nuestros lugares. Es natural pensar que nuestro comportamiento está profundamente ligado al territorio. ¿Podría el conocer y comprender mejor nuestros lugares cambiar la forma en que los habitamos y nos relacionamos con ellos?

Foto de Yunnan Coffee Travel zhang: https://www.pexels.com/es-es/foto/naturaleza-verano-jardin-hoja-28214820/
Tres capas para leer el territorio
En este artículo exploraremos tres nuevas capas del marco de lectura del lugar propuesto por Regenesis Group: asentamientos humanos, economía y cultura. Para comprenderlas mejor, recordemos lo abordado en el texto anterior. Narrativa del lugar (Parte 2): Geología, Hidrología y Biología de Valle de Bravo (ver artículo aquí). La invitación es abrir los ojos a las interrelaciones entre las capas naturales y humanas que conforman el territorio. Así como en las capas anteriores encontramos conexiones, estas tres dimensiones —asentamientos humanos, economía y cultura— también se entrelazan no solo entre sí, sino con los sistemas ecológicos. Bajo esta idea base, quienes somos está profundamente conectado con el lugar que habitamos.
Asentamientos humanos: redes y raíces de Valle de Bravo
Valle de Bravo formó parte de los territorios Matlatzincas, nombre dado por los mexicas y que en náhuatl significa “señores de la red” o “los que tejen redes”. Algunos grupos matlatzincas ocuparon zonas dentro del territorio purépecha antes de la llegada de los españoles. Por lo que fueron llamados pirindas, “los de en medio”. Actualmente, el pueblo Matlatzinca conserva su nombre y memoria (De los Pueblos Indígenas, s.f.). Ambas denominaciones reflejan la posición estratégica de Valle de Bravo como punto de conexión y tránsito, un papel que ha mantenido a lo largo de su historia.
El libro El Valle de Bravo histórico y legendario, del Padre José Castillo y Piña, relata que la población fue fundada en 1530, bajo el árbol que hoy se conoce como “El Pino”, un ahuehuete de más de 700 años que sigue en pie. A las diez de la mañana del 15 de noviembre de ese año se realizó una misa presidida por Fray Gregorio Jiménez de la Cuenca, en la que se consagraron las tierras y aguas del valle al rey de España. Aunque no existen registros oficiales del evento, se sabe que el templo del Señor de Santa María (Cristo Negro) se construyó sobre un basamento prehispánico vinculado con “El Pino”, guardián de manantiales y productor de agua.
Durante siglos, el pueblo de Valle de Bravo abasteció a las minas cercanas y a la ciudad de Toluca, contando con bodegas, establos y un mesón de arrieros a mitad del camino entre Tierra Caliente y Toluca. Tras la Independencia, el territorio vivió conflictos y transformaciones, como otras zonas del país. Durante la Revolución, Valle de Bravo tuvo un papel estratégico para las huestes revolucionarias. Décadas después, con la construcción de la planta eléctrica de Ixtapantongo, que formaría parte del sistema hidroeléctrico Miguel Alemán (1947), inició una etapa de modernización e infraestructura que más tarde se integraría al sistema Cutzamala.

El Pino, Ahuehuete – Fuente: Alejandra Silva
A raíz de la presa, el crecimiento urbano tuvo un auge en cuatro momentos clave:
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1968: subsede de las competencias de equitación de los Juegos Olímpicos.
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1971: obtiene el título de Ciudad Típica de Valle de Bravo y se celebra el famoso Festival de Rock en Avándaro.
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1972: sede de las competencias de vela y canotaje de los Juegos Centroamericanos.
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2012: designación como Pueblo Mágico.
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La construcción del ramal carretero Toluca–Zitácuaro facilitó su conexión regional.
Estos hitos consolidaron la identidad del valle como un territorio de encuentro entre lo natural, lo histórico y lo urbano.
Economía: de la agricultura a la transformación turística
Durante la época prehispánica, la economía de Valle de Bravo se basaba en la agricultura y la explotación forestal. Con la llegada de los españoles, la ganadería y la minería adquirieron gran importancia, transformando la relación de la población con la tierra.
De acuerdo con el Censo Económico 2014, más del 53% del valor bruto municipal proviene de los servicios turísticos y la actividad inmobiliaria. La transformación socio-residencial iniciada en los años setenta, impulsada por la hidroeléctrica Miguel Alemán y el nombramiento como Pueblo Mágico en 2005, modificó profundamente las actividades económicas del municipio.
De ser una región rural productiva —dedicada al trigo, maíz, frutales y ganadería—, Valle de Bravo se consolidó como un destino turístico y residencial. El paisaje se adaptó a nuevas prácticas: clubes náuticos, papalotes, esquí acuático, bicicletas y motos de montaña, así como clubes de golf y residencias campestres. Este desarrollo acelerado generó una concentración urbana desigual, donde el crecimiento económico no siempre se reflejó en una mejora equitativa del nivel de vida. El contraste entre turismo, comercio y vida local es hoy uno de los retos más visibles del territorio.
Cultura: herencia viva y conexión con la naturaleza
Dentro de Valle de Bravo se mantiene viva la herencia Matlatzinca. Los vestigios arqueológicos de La Peña, centro espiritual y geopolítico de este pueblo, recuerdan su antigua conexión con la naturaleza y el agua. Las prácticas agrícolas tradicionales, como la bendición de semillas (2 de febrero) y la petición de lluvias (15 de mayo), aún reflejan el vínculo sagrado entre las comunidades y la tierra. Estas celebraciones coinciden con el Día de la Candelaria y San Isidro Labrador, y combinan rituales agrícolas con expresiones religiosas mestizas.
Aunque el impacto del sistema Cutzamala transformó la región, las peregrinaciones y fiestas patronales siguen siendo parte esencial de la identidad local. Los rituales de paso, las danzas y las representaciones de moros y cristianos mantienen viva la relación entre los ciclos naturales y las dinámicas sociales.
Según el Censo de Población 2020 (INEGI), 398 personas en Valle de Bravo hablan alguna lengua indígena, siendo el mazahua la más hablada, con 317 hablantes. Esta diversidad lingüística evidencia la persistencia cultural y la riqueza humana del territorio.

Iglesia de Santa María, Valle de Bravo – Fuente: Alejandra Silva
Conclusiones: un sistema vivo en transformación
Podemos observar cómo la riqueza natural de Valle de Bravo ha moldeado el comportamiento humano, la economía y la cultura. Los cambios en el paisaje han transformado el lugar, pero los vestigios de otras épocas siguen presentes en la vida cotidiana. El territorio se revela como un sistema vivo que se nutre y nutre a quienes lo habitan, recordándonos que comprender su historia es también comprendernos a nosotros mismos.
Referencias
Asentamientos humanos
De los Pueblos Indígenas, I. |. I. N. (s. f.). Etnografía del pueblo matlatzinca del Estado de México. gob.mx. https://www.gob.mx/inpi/articulos/etnografia-del-pueblo-matlatzinca-del-estado-de-mexico
Historia de Valle de Bravo. (2024, 11 julio). Programa Destinos México. https://programadestinosmexico.com/historia-de-valle-de-bravo/
Referencias Economía
Tapia J., (2016) Valle de Bravo: Pueblo Mágico, ciudad de contrastes. Diseño y Sociedad, Publicación No. 40 (22-37). https://disenoysociedadojs.xoc.uam.mx/index.php/disenoysociedad/issue/view/33
Referencias Cultura
Valle de Bravo: Economía, empleo, equidad, calidad de vida, educación, salud y seguridad pública | Data México. (s. f.). Data México. https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/geo/valle-de-bravo#population-and-housing