En el vasto escenario de las comunidades rurales e indígenas, la economía trasciende más allá de simples transacciones numéricas. Desde las raíces de estas comunidades emerge un tejido económico entrelazado con sus prioridades, valores y sabiduría ancestral. Construir economías sostenibles es clave para garantizar el Bien Vivir de estas comunidades.
En estas comunidades, la economía no es simplemente una cifra, sino un compromiso arraigado en la conexión profunda con la tierra y las tradiciones. Para estas comunidades, la tierra no es solo un recurso; es un compañero vital que brinda sustento y sostenibilidad a las familias indígenas y rurales. Las prácticas económicas surgen como un compromiso respetuoso con la preservación del equilibrio natural, situando a la naturaleza en el epicentro de la economía rural. En consecuencia, las comunidades implementan estrategias de economías saludables donde hacen uso de los recursos disponibles en el entorno para asegurar su sostenibilidad.
Prioridades económicas para el bienestar.
Las prioridades económicas van más allá de la mera subsistencia; se busca el bienestar familiar y colectivo. Las comunidades construyen sus economías en armonía con sus valores y necesidades, como lo evidencia Capeltic, una empresa de economía social y solidaria formada por familias indígenas tseltales de Chiapas y colaboradores. Capeltic busca la restauración de la justicia social y la defensa de sus territorios, generando propiedad social y eficiencia empresarial. Además, representa una alternativa para la construcción colectiva de la Buena Vida.
En el contexto comunitario, la noción de «buena vida» no se circunscribe a la mera adquisición de bienes ostentosos. Significa tener salud, alimentación, educación, vivienda, tierras para trabajar y fuentes de ingreso económico seguro para el bienestar familiar.
Fortalecimiento de la economía local:
La promoción del desarrollo económico local va más allá de sus ventajas puramente financieras, extendiéndose también a la cohesión social y la capacidad de autogestión. En las comunidades locales, el fortalecimiento de la economía establece sólidas redes de apoyo que abarcan a todos los habitantes del territorio, garantizando que cada individuo pueda asegurarse ingresos económicos. Este impacto se evidencia tanto en la generación de empleo como en la promoción de productos locales.
Por otro lado, las comunidades, a través de grupos o colectivos, implementan cooperativas que desempeñan un papel fundamental al preservar las técnicas ancestrales de producción, promover la cultura local y fomentar el cuidado del entorno compartido. La colaboración colectiva posibilita el acceso a mercados más amplios, generando ingresos que se reinvierten en la comunidad para impulsar proyectos locales. Este enfoque integral no solo fortalece la economía, sino que también nutre la identidad cultural y promueve la sostenibilidad a largo plazo de la comunidad.
Redes de apoyo y construcción de alternativas para el cuidado de la vida: Es esencial destacar que una comunidad está constituida por sus habitantes, y su auténtico significado se revela en las redes y las formas en que brindan apoyo mutuo. Las comunidades, guiadas por sus necesidades prioritarias, desarrollan alternativas para el cuidado integral de la vida, abarcando los aspectos económicos, sociales y ambientales. Estas alternativas no solo sostienen la economía local, sino que también fomentan la solidaridad y contribuyen a la construcción de un futuro sostenible. De esta manera, la creación de alternativas económicas rurales se convierte en una respuesta colectiva a las necesidades fundamentales de las comunidades.
Mirando desde otros horizontes.
Desde mi perspectiva como estudiante de la Maestría en Administración de Empresas Socioambientales en la Universidad del Medio Ambiente (UMA), considero que el MBA no está desconectado ni distante de las economías rurales. Su objetivo es formar agentes de cambio capacitados para identificar oportunidades en el entorno y colaborar estrechamente con las comunidades en la creación de proyectos que promuevan una calidad de vida integral. Es fundamental destacar que el MBA proporciona herramientas significativas para la implementación de empresas socioambientales, enfocándose no solo en el beneficio individual, sino también en las necesidades específicas de las comunidades. De esta manera, se busca alcanzar el bienestar colectivo, entendido como la armonía entre el ser humano y la naturaleza.