Diseño y Gestión de Proyectos para el Desarrollo Sustentable
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noviembre 9, 2017Por Jessica Robles
Estudiante de la Maestría en Turismo Sostenible
Hoy en día la cantidad de información disponible a través de internet es abrumadora, cualquier periodista, blogger o youtuber puede dar su opinión y lo mismo sucede en el mundo científico. Hay miles de científicos, algunos publican y otros no; pero el hecho de que un científico publique, no nos asegura calidad en sus información, pues detrás de ella puede haber diversos motivadores, desde el amor o pasión por lo que realizan, hasta el dinero. Además si son temas nuevos para el lector, da la impresión de que todos hablan como si fueran expertos, aunque algunos se contradigan o digan tonterías ¿Cómo darme cuenta de ello? ¿Cómo logro tomar una postura basada en información veraz? ¿Dónde está la gente que ha dilucidado esta información? ¿Cómo los encuentro? ¿Desde dónde puedo actuar yo?
Considero que en la actualidad hay consciencia sobre los problemas socioambientales, pero también hay indiferencia, pues estamos acostumbrados al paternalismo recibido por parte del gobierno, sumado con el hartazgo que sentimos hacia nuestras autoridades y la corrupción. Además cuando ha habido marchas o quienes se levantan en armas o empiezan a reaccionar, los mandan callar o matar y entonces los demás preferimos mantenernos callados o indiferentes. Pero considero que aún hay esperanza, si bien el camino que nos espera no es fácil, podemos ir sembrando la semillita de la curiosidad y de someter bajo escrutinio aquella información de interés tanto a niños como a jóvenes. Así bien la responsabilidad es grande, pero la pasión y el amor por lo que hacemos también. Estoy segura que no podemos cambiar al mundo entero, pero si podemos cambiar el mundo de varias personas y para empezar podemos seleccionar la información que leemos y compartimos, dejando a un lado las noticias sensacionalistas, buscando información bien documentada, respaldada por alguna institución y también podemos buscar a expertos en el tema. Este ejercicio requiere tiempo y paciencia. Y aunque jamás tendremos la certeza de tener en nuestras manos la verdad, podemos esforzarnos en hacer siempre las cosas lo mejor que podamos por la simple satisfacción de hacerlo.
También considero que es importante comprender que estamos inmersos en un proceso evolutivo que lleva millones de años y que nosotros sólo alcanzamos a ver una ínfima parte de este maravilloso proceso y que la naturaleza sólo requiere tiempo para restaurarse. Es imposible que la tierra permanezca constante, pues paradójicamente lo único constante es el cambio. En vez de tener miedo a esos cambios, hay que ser gestores desde la conciencia, lo mejor que podemos hacer es estar presentes, dejar un poco de lado la razón y permitir que nos ayuden las emociones, las sensaciones y nuestra maravillosa intuición. En ocasiones somos muy necios y lo único que debemos hacer es desacelerar, disfrutar de la vida, despertar del letargo, compartir desde la empatía, dar amor. Sonará muy cursi pero considero que lo que nos hace falta es amor, por nosotros mismos y por la vida, pues ahora estamos acostumbrados a actuar como si nuestras emociones y nuestros sentimientos hayan sido extirpados, pero ¿Por qué? Si siempre han sido parte de nosotros. ¿Porque ese acelere, esas ganas de querer tener éxito? ¿En qué momento fuimos sumergidos en este frenesí, en esta aceleración? ¿O es que ya nacimos dentro de esta vorágine?
Y entonces vienen a mi mente varias preguntas: ¿Qué hago? ¿Hago algo, hago poco, hago nada? ¿Cómo lo hago? ¿Para qué lo hago? ¿Para quienes? ¿Desde dónde actúo? ¿Desde mi ego? ¿Cuáles son los potenciales?
Son muchas preguntas que en ocasiones me abruman y no sé qué responder. Pero me gusta considerar que podemos actuar desde una actitud equilibrada en la que desarrollemos nuestra habilidad de aprovechar la tecnología actual, junto con nuestro potencial de agentes de cambio, buscando beneficios sociales, ambientales y ¿Porque no? También económicos, ya que nos encontramos dentro de un sistema enteramente capitalista y si pretendemos cambiar al sistema, primero debemos aprender a sobrevivir en él.
Conclusión
*Es fácil sentirse perdido en medio de tanta información.
*Podría ayudarnos el acercarnos a especialistas en el tema que nos interesa comprender.
*Mantenernos flexibles y abiertos a nueva información, pero también someter bajo escrutinio la información que recién estamos observando.
*Mantener un balance, entre el hacer y el pensar (Piensa global, actúa local).
*Los problemas socioambientales tienen como raíz al humano.
*Para intervenir en un problema socioambiental, hay que enfocarnos en lo que se está haciendo, es decir aprovechar la energía existente en el sistema.
*Lo más rentable para cambiar un sistema es cambiar los paradigmas, pues aunque físicamente no requiere tanta energía. Es de gran complejidad atinarle al nodo que logre desarticular al viejo paradigma, incidiendo en la cultura, el tiempo, las costumbres, los hábitos, los miedos y la superstición de la gente.
*hay que tener cuidado y evitar ser simplistas pero al mismo tiempo ser claros, concretos y puntuales.
*Es gracias a un proceso de reflexión y de someter bajo escrutinio algunas de mis opiniones y preguntas, que decidí estudiar una maestría en la UMA, no porque me interese un papel o una calificación, sino porque es una de las maneras que encontré para intentar dar respuesta a algunas de mis preguntas.
*Necesito desarrollar mi habilidad para expresar mis ideas pues en ocasiones da la impresión de que mis reflexiones son simplistas.