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Según Jeff Titon, etnomusicólogo, la música es un recurso potencial biocultural, tiene el poder de crear comunidad y puede contribuir al desarrollo de modos de vida alternativos.
Recientemente han emergido diferentes herramientas o experiencias que pretenden establecer conexiones entre el arte, la educación y la naturaleza. A continuación compartiré tres ejemplos que pueden inspirar procesos educativos singulares.
Biophilia Educational Project, desarrollado por la artista islandesa Björk, dirigido a niños y niñas entre 10 y 12 años para que desarrollen su creatividad a través de la música, la tecnología y las ciencias naturales.
Biophilia, se puede traducir como “amor por la vida”, está compuesto por diez aplicaciones digitales y talleres, inspiradas en la naturaleza. En cada una de ellas se combina un elemento natural como la luna, el relámpago, el solsticio o la materia oscura con elementos de la teoría musical como los ritmos, las secuencias, las escalas, etc.
Las aplicaciones digitales se convierten en un juego interactivo, donde niños y niñas experimentan su relación con la naturaleza mientras desarrollan su imaginación musical. Los talleres permiten que la niñez relacionen estos conceptos con la geología, la física, la biología, la química o la astronomía.
El proyecto es interdisciplinario y altamente colaborativo, que rompe con los espacios tradicionales escolares, si quieres saber más sobre él consulta: https://biophiliaeducational.org/ ¡atrévete a crear música inspirada en la naturaleza!
El siguiente ejemplo es la fusión de música electrónica con el sonido de las aves en peligro de extinción, A Guide to the Birdsong of en México, Centroamérica and the Caribe (Una canción de aves de México, Centroamérica y el Caribe), es un proyecto donde se mezcla la música se Di Laif, Tamara Montenegro, Colectivo Garifaurna, entre otros; con el canto del loro cabeza amarilla, el tecolote barbudo o la cotorra serrana.
El proyecto ofrece otro camino para experimentar los sonidos que nos rodean. Además una opción novedosa para recaudar fondos para financiar investigaciones de conservación de aves.
Este singular disco está disponible en: https://open.spotify.com/album/38tpS9P3b0bUPb5J6Ci1U9
¿Te imaginas ver y escuchar a diferentes aves tocando una guitarra?, la artista Céleste Boursier-Mougenot, realizó una exhibición en el Montreal Museum of Fine Arts con 70 pinzones cebra, quienes se posaban de manera libre en 14 guitarras y bajos eléctricos para generar un concierto.
Esta manera de generar “música viva” apela a la singularidad del momento, dado que la audiencia y la melodía eran diferentes a cada instante. En el siguiente link podrás vivir la experiencia: https://www.youtube.com/watch?v=cjxZ2nfdzxU&feature=youtu.be
Por último, si lo tuyo es escuchar la música de la naturaleza, Sound of the Forest, comparte algunos de los sonidos de diferentes bosques en el mundo, a través de un mapa interactivo, creado por la productora inglesa National Forest y Timber Festival.
Durante los meses de pandemia, se han agregado más bancos de sonidos, para crear conexiones entre las personas y la naturaleza, rompiendo la barrera del espacio físico.
En el siguiente link puedes crear tu recorrido sonoro y virtual por el mundo: https://timberfestival.org.uk/soundsoftheforest-soundmap/
La música es un medio y un fin para descubrir el sonido del mundo actual, estos ejemplos inspiran, sensibilizan y crean conciencia sobre cómo podernos relacionarnos de manera diferente con el ambiente, y así dar el siguiente paso evolutivo.