Dos Chilijchis
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“Mi maestro el pulpo”, más que un documental sobre naturaleza es una historia personal del cineasta y documentalista sudafricano Craig Foster, disponible en Netflix.
La historia permite descubrir pistas para reconectar y regenerar la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Craig Foster nos comparte su ritual de acercamiento y re-vinculación con el mar. En un inicio se comprometió a bucear todos los días sin grandes aspiraciones, solamente estaba inspirado por los hermosos paisajes del bosque de algas de la costa sudáfricana. Cada día se dejaba sorprender por el placer que dan los pequeños detalles, y así poco a poco despertó su curiosidad y comenzó a tener aprecio por lo efímero.
La narración en primera persona provoca complicidad en el espectador, sin que atraviese por la mente, sientes el mismo compromiso y curiosidad sobre el hallazgo natural.
La otra protagonista es una pulpo (octopus vulgaris), quien nos maravilla de la gran posibilidad que tiene para cambiar, siendo un alga, la arena, una roca o un conjunto de conchas. Además de presenciar su gran inteligencia, al planear, engañar, aprender, hacer estrategias y resolver problemas.
Cada acción de la pulpo, permite desarrollar un aprecio ante las cosas pasajeras, de ser consciente del momento presente, y de vernos reflejados en la vida de otras especies.
Aunque es un documental atrapado en la perspectiva antropocéntrica, es decir el testimonio de Craig Foster está permeado por su subjetividad impidiendo conocer la mirada de la pulpo; permite contagiarnos de su vulnerabilidad y de su búsqueda por el sentido de vida en la naturaleza.
Este relato podría dar pistas o herramientas para la sensibilización ambiental ¿Qué pasaría si todos los días adoptamos un ritual para acercarnos a la naturaleza?, ¿Qué pasaría si dejamos que atraviese nuestro senti-pensar?, ¿Qué pasaría si nos comprometemos solo con observarla y dejarnos sorprender?, ¿Qué pasaría si le hacemos caso a nuestra curiosidad natural?, ¿Con qué sueños, esperanzas o valores nos conectará?
Tal vez si cada persona se atreve a hacer pequeños ritos personales de inmersión o con la naturaleza, podríamos desarrollar formas de relación más armónicas con especies que ni siquiera entendemos del todo.