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Maestría en Arquitectura, Diseño y Construcción Sustentable
Desde que comencé a estudiar la Maestría en Arquitectura, Diseño y Construcción Sustentable (MADCS) en la UMA, inicié un camino de profunda “transmutación”; palabra que engloba el hacer consciente el poder de transformar o cambiar algo de manera profunda.
Mi experiencia educativa de arquitectura en mis anteriores casas de educación superior en Chile (mi país de origen) me ayudó a impulsar mis sueños en algo concreto; ya sea para un trabajo, para una vida profesional, o para un modelo de vida. Me encontraba aún en ciernes y con los ojos un poco velados al entorno y a los cambios que nosotros provocamos en el medio natural. Como arquitectos impactamos directamente metros cuadrados de suelo natural con un “edificio”. Sin embargo, con los años, mi preocupación por el rol de la arquitectura y su impacto al medio ambiente fue creciendo paralelamente a mi interés por la arquitectura sustentable.
Antes de decidir inscribirme en la UMA, la visité por primera vez en agosto de 2017. Lo primero que percibí al llegar fue el aroma de las lavandas y el romero en sus jardines, junto con un gran esfuerzo por materializar un campus de construcción sustentable. Empujados por sus maestros, encontré también estudiantes dispuestos a conocer, a actuar en torno a una agencia de cambios extraordinarios. Recuerdo la clase a la que asistí como oyente con el profesor Francisco Bonilla. En poco tiempo, ahí aprendí sobre paneles fotovoltaicos, con un manejo del tema y entusiasmo tal que quise seguir conociendo acerca de éste y muchos otros facilitadores. Al llegar de regreso a casa no dudé en tomar la mejor decisión.
Al hacer una comparación, el modelo educativo de la UMA contrasta de inmediato con mis instituciones educativas predecesoras y con las demás que conozco. Está basada en un modelo de instrucción centrado en el conocimiento y en el autoaprendizaje, orientados a la creación de Agentes de Cambio. No es solamente enseñar ciertas materias y tomar exámenes, sino un modelo de transformación integral, tanto en conocimientos aprendidos, como conocimientos de uno mismo. Lo que se resume en la frase de Ghandi que aprendí en mi primer día de clases: ¡sé el cambio que quieres ver en el mundo! Es decir, no podemos cambiar por fuera lo que no podemos cambiar por dentro.
Ahora, en mi camino de estudios y autoconocimiento, quiero acercarme a esa forma de concebir los edificios con sentido, con espíritu y, sobre todo, al servicio de los hUMAnos, de las comunidades que lo necesitan. Actualmente, estoy desarrollando un proyecto participativo con una comunidad maya de Yucatán. Me encuentro en una etapa de exploración. Quiero tejer sus tradiciones, sus bellezas naturales y sus potenciales a ser develados. Esto para que este proyecto contribuya a regenerar el tejido comunitario que se ha perdido debido al impacto del asistencialismo. Pretendo lograrlo mediante una actividad que le abra a los niños el panorama hacia una conciencia sobre el impacto que estamos generando los seres humanos en el medio ambiente, y que sigan valorando y cuidando su tesoro más preciado: los cenotes y la selva, el agua y la biodiversidad.
Tengo la convicción de que los arquitectos no sólo proyectamos y construimos edificios, sino que tenemos el poder de transformar la realidad. Para ello debemos primero transformarnos y entregar al mundo aquello que mejor tengamos en nuestro ser. Así como en verano las lavandas y los romeros florecen entregándose a la vida, la UMA te invita a florecer sacando todo tu talento y potencial.