Arquitectura vernácula: La Casa Maya
mayo 7, 2024Responsabilidad ambiental: tipos y alcances
mayo 13, 2024Manifiesto sobre cómo nos sentimos:
Somos mujeres del mundo en la UMA y el día domingo 14 de abril del 2024, nos reunimos para contar nuestros sentipensares.
Nos encontramos bajo la sombra de un árbol de durazno en donde pausamos nuestra vida diaria para tomar un respiro, nombrar y darle sentido a lo que nos mueve.
Rodeadas de la naturaleza, entre las montañas, nos encontramos en un espacio de comunicación con le otre, abiertas a la escucha y la convivencia.
Si bien podemos percibir cansancio en nuestros cuerpos que nos lleva a una introspección y a cuestionarnos, nos permitimos reconectar, poniendo atención a los sentimientos con calidez y permitirnos indignarnos en la ternura y amabilidad, aceptar la confusión y la tristeza.
Todo este fluir de sentipensares es lo que le da significado a la convivencia.
Aunque alguna pueda sentirse perdida, estamos aquí para sostenernos y seguir viviendo.
Construcción colectiva: Mujeres de la maestría en innovación educativa para la sostenibilidad y maestría en proyectos socioambientales
Leo, escucho y siento a mis compañeras respondiendo a ¿Cómo nos sentimos?, pregunta amplia, con mucho valor y que quiero compartirla, sumando mi sentir al de mis compañeras.
La UMA es un espacio que nos permite conectar desde distintas dimensiones, desde la individualidad hasta la colectividad, desde el conocimiento hasta la experiencia, desde la escucha activa hasta el diálogo abierto y plural, desde el cuestionamiento hasta la reflexión, desde el interior hasta el exterior.
Todas estas dimensiones nos permiten conectar personalmente, con la comunidad y con el entorno, desde esta conexión surgen sensaciones y sentimientos que afloran y que buscan el camino del diálogo, la exploración y la acción.
Estas emociones me llevan a la imagen mental que transmiten las Mujeres de la maestría en innovación educativa para la sostenibilidad y de la maestría en proyectos socioambientales, al observarlas reunidas junto al árbol de durazno, rodeadas de las montañas y la naturaleza, conversando, conectando con sus sentimientos a través de la pausa, expresándolos y compartiendo las resonancias.
Encuentro el valor en esa pausa, ese momento de respiro que están tomando, que me atrae por lo valioso de hacerla y permitirse acompañarla de la introspección y el diálogo. La UMA es un ambiente donde esas pausas en nuestra vida cotidiana son posibles, pausas de horas, pausas de días, que nos extraen de la prisa del deber ser, y nos permiten otra perspectiva para enriquecer la visión, la reflexión, el conocimiento y sobre todo la acción.
Conecto también con el cansancio que mencionan porque es real, existe en cada unidad temática, pero es un cansancio lleno de satisfacción y entusiasmo de estar en el camino de la acción colectiva por esta gran necesidad de sumar a la Sostenibilidad desde cualquiera de nuestras áreas de desarrollo.
Siento el potencial de la palabra sostener, que comparten, ya que es una palabra muy poderosa per se y en este contexto en donde estamos juntas, en un proceso muy profundo personal y profesional, sabernos y sentirnos sostenidas es fundamental para seguir avanzando tanto individual como colectivamente.
La imagen mental que me llega al leerlas es una red tejida con lazos naturales, espontáneos y fuertes, surgidos de la esencia de cada una y que contiene de forma amorosa a todas, mostrando, lo que para mi es lo más importante, que es ese vínculo que se ha venido formando en el encuentro, en el diálogo, en la escucha, que nos ha llevado a una unión muy valiosa y significativa para cada una de nosotras y para nuestra comunidad educativa. Unión personal y unión en la inquietud, necesidad y motivación de co-diseñar estos nuevos caminos sostenibles para nosotras y nuestra comunidad.
Resueno con la contención, el vínculo y los lazos que en las relaciones personales podemos llegar a tejer, a través de la disposición, de la apertura, de la presencia del diálogo, del encuentro con otro ser y del enriquecimiento de la experiencia gracias a reconocer a la otra persona, la colectividad y la diversidad.
Observo esa contención fundamentada en la escucha activa que sumada a la mirada apreciativa me permiten encontrar en cada diálogo, cada sesión, cada aportación, un aprendizaje auténtico y útil en mi persona y en mi área de influencia.
Todas estas resonancias me llevan a conectar conmigo hace unos meses cuando estaba decidiendo tomar la maestría en la UMA, a esos momentos de duda sobre si era el momento adecuado o no, de preocupación sobre el costo de la maestría y de los viajes para poder tomarla, de incertidumbre sobre la carga de trabajo que se añadiría durante los siguientes dos años y medio, de tristeza por tener que separarme de mi familia, de emoción por encontrar justo lo que quería y que fuera en un espacio de tan grande conexión con la tierra como es la UMA.
Desde toda esta mezcla de profundos sentimientos, me transporta de regreso al ahora, siendo parte de este tejido de unión y de soporte, formando este profundo vínculo de apoyo y contención, encontrando el conocimiento, la reflexión, los aprendizajes, conectando auténticamente con la confusión y la tristeza, al lado del árbol de durazno, rodeadas de montañas.
Finalmente, este manifiesto me produce un profundo agradecimiento a mi decisión, a mi red de apoyo, a todo lo que hace posible que yo pueda estar en este espacio, a la energía que unió a seres tan especiales como lo son cada una de las personas de la UMA, al tiempo perfecto que nos ha hecho coincidir, a los saberes e intercambios que me hacen reflexionar, desaprender, aprender, cambiar, crear y fortalecer mi visión, mis creencias, mis pensamientos, mis conocimientos, mis sentimientos y mis acciones, a las experiencias que estamos viviendo desde la transparencia de nuestra esencia, a los cuestionamientos, dudas, lágrimas, enojos, indignaciones, diferencias y coincidencias, a la comida, al bosque, al lago, a los ailes…
Hoy estoy en la UMA y puedo decir que me siento plena en comunidad, muy motivada porque soy parte de este tejido de experiencias, conocimientos, diálogos y reflexiones, de las cuales está surgiendo el co-diseño de nuestro camino enfocado en cultivar de forma regenerativa la acción justa, equitativa y diversa para contribuir al bienestar integral de los seres y del planeta.
“Hacer una pausa y pensar en las metáforas que nos están pensando”
Tonatiuh Kinich Guarneros
Muchas gracias por leer.
Cris Figueroa
Estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad