A bordo de plástico
julio 4, 2019Al calor del comal en San Mateo Acatitlán
julio 4, 2019Por Vianney González, alumna de la Maestría en Turismo Sostenible
Después de unos cuantos mensajes de texto entre mi “host” y yo para afinar algunos detalles de mi estancia, me dirijo entre emocionada y nerviosa a una casa que no conozco y con personas que jamás he visto.
Cecilia abre la puerta y me presenta a Carmina (su hija de dos años) y a Lupita (su hermana), me muestra la casa y me lleva a mi habitación (individual y con baño privado). Mientras Ceci prepara de comer (acuerdo previo de alojamiento con cena) y Lupita me cuenta que está estudiando para ser veterinaria, yo juego a armar torres con Mina.
Hospedarse en Acatitlán
Cuando estoy sentada a la mesa, llega la Sra. Guadalupe, nos presentamos y yo le agradezco el abrirme las puertas de su hogar. Platicamos un poco de esto y de aquello y junto con unos molletes, me dan a tomar un agua riquísima de frutilla. Luego llega el resto de la familia y yo me retiro a descansar para estar lista a las ocho para el fuego del tai chi.
La mañana siguiente, salgo y de frente a la casa donde me quedo, veo un campo grande lleno de gansos, gallinas, guajolotes y pollitos. A paso lento, me voy alejando de la casa y voy sintiendo el aire fresco que deja el rocío de la mañana, ando otros pasos y llego a la iglesia de San Mateo Acatitlán, cruzo la calle y saludo a los militares que hacen guardia, sigo caminando y lleno mis pulmones de aire fresco mientras mi sonrisa se ensancha cada vez más al contemplar el paisaje al amanecer.
Después de otro día de grandes aprendizajes en la UMA, culminados con una sesión de Aikido, llego nuevamente a “mi casa”, esta vez me recibe la Sra. Guadalupe, me prepara unas sincronizadas gorditas y deliciosas y se sienta conmigo a platicar de la escuela, de sus hijas, del clima, de los cambios en Acatitlán desde la construcción de la carretera y muchas cosas más; ayudo un poco a recoger la mesa y me voy a descansar. Mi cama es individual, pero muy cómoda y calientita, me duermo enseguida.
Crear lazos con la comunidad
En la UMA, platico con Naty —compañera de la maestría de nacionalidad colombiana—, me dice que está encantada con el alojamiento en casa de Doña Diana, me cuenta que ahí se quedan ocho personas en tres cuartos y que ha sido un muy buen fin de semana; incluso contrasta la diferencia entre esta opción de alojamiento y una mala experiencia que tuvo rentando un airb&b. Naty concuerda que las platicas con su anfitriona han sido agradables y le han servido “para aprender más de las habilidades que tenemos y lo que se puede hacer en conjunto”.
Llega la última noche, esta vez tocan tacos de pollo y tacos de papa, platicamos sin alargarnos mucho porque al día siguiente es lunes y todos en la casa se levantan más temprano. Nuevamente agradezco todas las atenciones, la apertura, la comida, las pláticas y la disposición para hacer lazos. Me despido de todos y me voy a dormir.
La mañana del último día de la UT, salgo con maleta en mano y en la entrada me encuentro a la Sra. Guadalupe, bajo la maleta y me quedo a sentir el fresco de la mañana con ella y a intercambiar unas últimas palabras:
“Soy de las personas que les gusta abrir puertas para que cuando mis hijas toquen, también se las abran”.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Quédate en Acatitlán es una iniciativa del área de turismo sostenible que tiene como fin ofrecer una alternativa de hospedaje cercano a la UMA, mientras se fortalece la relación de los umanxs con la comunidad local. Más que un alojamiento, es una oportunidad de hacer una inmersión más completa con el entorno “y a través del turismo, ser un puente para construir comunidad en el lugar” (Naty).
El programa, actualmente dirigido por Alejo Heymo —becario profesional de la Maestría de Turismo Sostenible— ofrece siete opciones de alojamiento de diferentes estilos y con servicios variados. La expectativa es aumentar el número de personas involucradas en el proyecto para lograr una experiencia auténtica y enriquecedora de intercambio cultural, que impacte positivamente en la economía local.