Visitando proyectos socioambientales en México
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junio 20, 2024Sociocracia. ¿Por qué los humanos tendemos a reunimos en grupos? ¿Para qué generamos organizaciones? Ya sea para lograr objetivos comunes que no podemos lograr de manera individual, o simplemente para acompañarnos y sentir conexión, no cabe duda que como especie nos caracteriza una naturaleza gregaria.
Este es nuestro modo de ser y de sobrevivir. Desde tiempos inmemoriales, los humanos nos hemos reunido en grupos para satisfacer necesidades. Ya sean necesidades materiales tan burdas como conseguir agua, comida y refugio, o necesidades más abstractas como la conexión, pertenencia, o autorrealización.
Ninguna de las anteriores es más importante que otra. En realidad, estas se potencian mutuamente. Nos es más significativo pertenecer si sabemos que nuestra organización está haciendo algo para mejorar la realidad material de las personas.
De igual manera, damos mejores resultados en el trabajo si nos sentimos escuchadas, valoradas y reconocidas por nuestra organización.
La sociocracia es un sistema de gobernanza que busca integrar estas dos energías: la persecución de objetivos o satisfacción de necesidades, y el sentimiento de conexión o pertenencia, que es también una necesidad en sí misma.
Tres herramientas básicas en Sociocracia
La sociocracia busca integrar estos dos pilares de la vida organizativa y de la condición humana por medio de 3 herramientas básicas: la toma de decisiones por consentimiento, la estructura de círculos semiautónomos anidados y entrelazados, y la mejora continua a través de procesos de retroalimentación constantes. Revisemos una por una.
Toma de Decisiones por Consentimiento
Es la encarnación más explícita de la convicción central de la sociocracia: “todas las necesidades importan”. Buscamos honrarla practicando el principio de “un miembro, una voz.”
En las reuniones de círculo, participamos en rondas, permitiendo que cada persona tenga por lo menos un turno antes de que otras repitan. Esto nos permite acceder más fácilmente a la inteligencia grupal.
Además de hablar en rondas, las decisiones se toman por consentimiento: para aprobar una propuesta, tiene que ser consentida por cada miembro del círculo sin ninguna objeción.
En los círculos sociocráticos, no vemos las objeciones como problemas, sino como regalos; una objeción es una inquietud de que la propuesta sobre la mesa dificulte la persecución del objetivo central que reúne al círculo o a la organización en un principio.
Círculos Entrelazados
Ahora bien, ¿qué es un círculo? En sociocracia, un círculo es un grupo de personas con un objetivo común claramente definido y con un “dominio”: un área de actuación dentro de la organización sobre la cuál tienen autoridad para tomar decisiones sin necesitar la aprobación de alguien más.
Así, un círculo es un subconjunto más específico de la organización general, actuando al servicio del todo. Cuando un círculo tiene temas que se están quedando por fuera de su agenda, puede crear un nuevo sub-círculo y delegarle la autoridad para tomar decisiones sobre un área claramente definidia (dominio).
De esta manera, la organización se divide fractalmente y delega la autoridad de la forma más descentralizada que pueda. Distribuir autoridad es más eficaz y sostenible a largo plazo; las células pueden responder de manera ágil ya que son autónomas, y el liderazgo y conocimiento distribuido nos hace más resilientes (por ejemplo si miembros de la organización se van).
Entonces, células autónomas suena bien, pero, ¿cómo evitar el aislamiento? ¿Cómo saben que no hay dos células haciendo el mismo trabajo, o que hay una tarea que ninguna célula está resolviendo?
Precisamente por esto es que decimos que los círculos son “semi-autónomos” y entrelazados. Cuando un círculo crea un subcírculo, siempre hay dos miembros que participan plenamente en ambos círculos. A esta práctica le llamamos “doble enlace” y es lo que permite que circule la información entre círculos y, aunadamente, el poder.
De esta forma resolvemos la tensión entre las dos energías antes mencionadas; el balance entre interdependencia y autonomía.
Retroalimentación Continua
Un viejo proverbio reza: “cualquier cosa que valga la pena hacer, vale la pena evaluarla”. Todos los acuerdos en sociocracia tienen siempre un periodo de evaluación.
La evaluación se hace comparando el resultado de la decisión con las expectativas del plan original y la necesidad que buscaba satisfacer.
De esta forma, aprendemos continuamente, no solo sobre el entorno operativo de nuestra organización, sino sobre nuestra toma de decisiones. En otras palabras, es un sistema que nos facilita el aprender a aprender.
Todas estas herramientas juntas: la toma de decisiones por consentimiento para acceder a la inteligencia colectiva, la división en círculos descentralizados que toman decisiones autónomamente en servicio del todo, y el aprendizaje continuo a través de experiencias concretas, hacen que nuestras organizaciones empiecen a comportarse más como organismos vivos que como simples conjuntos de personas.
La sociocracia no es más que una serie de principios y herramientas mutuamente integrados para facilitar la manifestación de propiedades emergentes; las organizaciones sociocráticas toman vida propia, y a la vez nutren de vitalidad a las personas que participan en ellas.
Para aprender más sobre Sociocracia…
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Firma
Escrito por Eric Tolson Solís, estudiante de la Licenciatura en Emprendimiento y Proyectos Socioambientales (LEPSA, primera generación) de la UMA.