
Mi experiencia en la especialidad en «Incidencia en conflictos socioambientales»
marzo 9, 2025
Manifiesto de la facilitación socioambiental
marzo 13, 2025Inicios ambivalentes:
Cuando piense en mis primeros días en la UMA, recordaré que fueron los mismos días en que Donald Trump tomaba posesión para su segundo periodo presidencial. Apenas unas cuantas semanas después, el mundo ya se ve distinto. Un mundo transformado por las acciones de Trump. El mismo mundo que en la UMA parece expandirse, desde adentro, desde adentro de uno mismo. Un mundo que parece dividirse en dos caminos que van a lugares distintos, y distantes.
Elecciones inesperadas:
Tiempo atrás, una coincidencia en la vida me llevó a estar en Estados Unidos durante las elecciones de 2016. Entonces, después de ocho años de presidencia de Barack Obama, y de un ascenso político absolutamente inesperado, Donald Trump había resultado electo para ser el siguiente presidente de aquel país.
Recuerdo el siguiente día: estaba desayunando en una cafetería cuando vi a una mujer acercándose a cada mesa, su caminar era pausado, su semblante triste, estaba obsequiando rosas blancas. La mujer se acercó a nosotros, nos miró y ofreció una de sus rosas, solo dijo: “Estoy tan triste con los resultados de ayer, que tenía que expresarlo de alguna forma”. Dejó su rosa y se marchó.
Pero ¿por qué aquella mujer estaba tan triste? ¿Por qué me incomoda que mi recuerdo de mis primeros días en la UMA conviva con el inicio de la presidencia de Donald Trump?. Han pasado apenas algunas semanas de su gobierno y sus acciones ya han profundizado o generado múltiples crisis.
Crisis sistémicas:
Comenzando por lo social. Sabemos que millones de personas en el mundo enfrentan grandes dificultades para vivir una vida con dignidad, con libertad, con la posibilidad de ser felices. Es un tema complejo, pero no podemos dejar de observar que el que millones de personas se hayan quedado atrás, ha sido consecuencia de la forma en que algunas otras han avanzado.
Durante décadas, los gobiernos de EEUU y otros países ricos han reconocido de alguna forma esta realidad, destinando recursos públicos y capacidad institucional para apoyar acciones que mejoren la vida de las personas en dónde se necesita. Eso fue hasta hace unos días, cuando Trump decidió congelar la ayuda internacional otorgada por EEUU y cerrar la agencia de cooperación USAID, así, sin más, como decir “you are fired!”… Esto interrumpió innumerables proyectos en el mundo, muchos que proveen ayuda humanitaria de la que depende la salud y la seguridad de muchísimas personas.
Es bien sabido que una segunda cara de la ayuda internacional es promover las condiciones para que las personas en situación de vulnerabilidad permanezcan en sus países y así reducir el flujo migratorio hacia los países desarrollados. La política migratoria de deportaciones masivas de Trump termina por crear una doble crisis: más personas que requieren apoyo y menos recursos para apoyarles.
Crisis Ambientales:
Con respecto al medio ambiente seré breve. La comunidad científica ha sido clara, si no limitamos el cambio climático, perderemos las condiciones que soportan la vida en el planeta como la conocemos. Para lograr esto es esencial reducir significativamente el uso de combustibles fósiles a nivel global. La principal herramienta con la que contamos como humanidad para lograrlo es el Acuerdo de París, en el que los países se han comprometido a hacer todos los esfuerzos necesarios para limitar el calentamiento global.
En estas semanas, Trump no solamente ha ordenado la salida de EEUU del acuerdo sino que ha anunciado una política de intensificación de la industria de petróleo y gas en el país. El lema de la política lo dice todo: “Drill baby, drill”. El drama se cuenta solo.
Crisis Económicas:
Para finalizar, en lo económico, ha iniciado una batalla comercial con un vaivén de imposición de aranceles, reacción de los mercados y negociaciones políticas. Es una dinámica que dispara la incertidumbre, reduce la inversión y puede llevar a una recesión de la economía nacional, especialmente en México, pero también en otros países. Aunque muchos pensamos que el crecimiento económico no es la mejor forma de mirar un país, es verdad que en el modelo actual el crecimiento impacta la generación de empleo, la inflación y otras variables de estabilidad económica favorables para el despliegue de políticas públicas encaminadas a reducir la desigualdad y proteger el medioambiente.
Finales monstruosos:
Así, terminamos con un monstruo de tres cabezas… con una crisis social, ambiental y económica originada desde Estados Unidos, de la que ni siquiera la mayoría de los ciudadanos estadounidenses resultaron exentos. Me encantaría cerrar esta reflexión con optimismo, me gusta ese lugar, el del coro de aquella canción “saber que se puede, querer que se pueda”, lo cierto es que me resulta difícil hacerlo.
Un mensaje de esperanza:
Volviendo a esos primeros días en la UMA, también recuerdo una de esas conversaciones en círculo, ese círculo que, como nuestro mundo, se expande con cada UMAno que va llegando. Recuerdo un mensaje de Victoria, nuestra directora: “esta no es la primera crisis de la humanidad, hemos tenido guerras mundiales, hambrunas, oscuridad, y entonces hubo personas que lograron sacar el mundo adelante, nuestros antepasados agentes de cambio”; también recuerdo una imagen, un momento en que su voz se quebró por la emoción, hizo una pausa, respiró y continuó hablándonos. Como parece suceder tantas veces en el camino de buscar ser un agente de cambio, de vivir las tensiones de habitar en el espacio entre «lo malo que se observa y lo mejor que se imagina», como diría José Ingenieros acerca de ser idealista.
Hoy pienso que ser UMAno es una actitud de exploración continua, una búsqueda por contribuir a generar un cambio positivo frente a la crisis que corresponde al tiempo en que compartimos este mundo. Este mundo, el que se expande desde adentro de uno mismo, el que se expande con cada UMAno que va llegando; este mundo que se regenera partiendo de acciones cotidianas, como retarnos a llevar al mínimo el desperdicio de alimentos, como creerle a la confianza radical, como repartir flores a personas desconocidas cuando todo parece perdido, como respirar, hacer una pausa, y continuar.
Escrito por: Ricardo Arturo León Espinosa de los Monteros, estudiante de la Maestría en Proyectos Socioambientales
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”.