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junio 23, 2024Escrito por Mtra. Cynthia Jaramillo Carvallo estudiante de la maestría en Innovación Educativa para la Sostenibilidad.
El Foro Económico Mundial (FEM) publicó hace unos días su informe anual sobre la Brecha de Género 2024, donde se analizan las diferencias existentes entre hombres y mujeres en 146 países. Los datos son desalentadores, con un mínimo avance de 0.1% global de 68.5% a 68.6%, a este ritmo serán necesarios 134 años para alcanzar la paridad de género.
Destacan algunos países Latinoamericanos con avances significativos cerrando sus brechas de género, lo que les llevó a avanzar 20 lugares o más, como fue el caso de Ecuador que se colocó en el lugar 16 avanzando 34 puestos, y Guatemala que avanzó 24 lugares para colocarse en el puesto 93 del ranking de este año.
Asimismo, entre las economías que más retrocedieron a nivel mundial, representando a América Latina está El Salvador, que cayó 28 lugares para ubicarse en el puesto 96 del ranking. Por su parte México se mantuvo en la posición 33 sin cambios.
Como región América Latina y el Caribe ocupan el tercer sitio de ocho con 74.2% en el puntaje de paridad de género, después de Europa (75%) y América del Norte (74,8%).
Desigualdades persistentes en América Latina
El informe del FEM destaca que, si bien hay avances en la región, como una mayor participación política, con un 34% tiene el segundo puntaje más alto en empoderamiento político; y el 33% de los puestos directivos en empresas son ocupados por mujeres, superando el promedio mundial del 27%; por otro lado, las mayores brechas de género en América Latina se encuentran en los ámbitos de la participación económica y la oportunidad laboral.
Las mujeres de la región tienen menos probabilidades que los hombres de estar en la fuerza laboral, y cuando lo están, ganan menos por el mismo trabajo. Además, ocupan menos puestos de liderazgo y son más propensas a trabajar en sectores informales y precarios.
De esta manera, entre los grandes desafíos pendientes de la región de los que da cuenta el informe se menciona en primer lugar la violencia contra la mujer, siendo Latinoamérica una de las regiones con mayor prevalencia de feminicidios. En segundo lugar se menciona la desigualdad en el mercado laboral, las mujeres en la región siguen estando subrepresentadas en sectores clave como la tecnología, la ciencia y la ingeniería; y relacionado con este punto un desafío muy preocupante es la brecha educativa, aunque las tasas de alfabetización entre hombres y mujeres se han acercado, las niñas y mujeres jóvenes latinas aún tienen menos probabilidades de completar estudios superiores.
México: Un caso de estudio
México, ha logrado avances en algunos indicadores, como la participación política y la reducción de la brecha salarial en un 4% en el último año, pero las brechas de género en el ámbito económico son particularmente pronunciadas. Las mujeres mexicanas ganan en promedio un 23% menos que los hombres por el mismo trabajo, y solo ocupan el 34% de los puestos de liderazgo en las empresas. Además, la tasa de participación laboral femenina es del 43%, frente al 72% de los hombres.
Solo el 36% de las mujeres en edad laboral están activas en el mercado formal. Además, la violencia de género se ha incrementado, 10 mujeres son asesinadas al día por razones de género.
La educación como herramienta para el cambio
A pesar del panorama desalentador, el informe del FEM también ofrece un rayo de esperanza: la educación. El estudio encontró que los países con mayor nivel educativo tienen menores brechas de género.
En América Latina, la brecha de género en educación se ha cerrado significativamente en los últimos años, sin embargo, aún queda mucho por hacer. Las niñas y las mujeres siguen enfrentando desafíos para acceder a una educación de calidad, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas.
Invertir en la educación de las niñas y las mujeres es fundamental para cerrar la brecha de género y construir un futuro más justo e inclusivo. La educación empodera a las mujeres, les permite desarrollar su potencial y les brinda las herramientas necesarias para participar plenamente en la sociedad y la economía.
Foto: Verónica Martínez
Un llamado a la acción
Gobiernos, empresas y la sociedad civil deben trabajar juntos para garantizar que todas las niñas y las mujeres tengan acceso a una educación de calidad. Esto incluye:
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Eliminar las barreras que impiden que las niñas y las mujeres asistan a la escuela, como la pobreza, la discriminación de género y la violencia.
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Invertir en la formación de docentes de calidad, especialmente en áreas donde hay escasez, como las zonas rurales y las comunidades indígenas.
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Promover programas de educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para niñas y mujeres, para que puedan desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito en la economía del siglo XXI.
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Fomentar la educación no formal y la capacitación laboral para mujeres, para que puedan adquirir las habilidades que necesitan para ingresar al mercado laboral y obtener mejores empleos.
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La educación es la clave para cerrar la brecha de género y construir un mundo más equitativo y próspero para todos. Invertir en la educación de las niñas y las mujeres es una inversión en el futuro de nuestras sociedades.
Fuente: Informe sobre la Brecha de Género del Foro Económico Mundial 2024: https://www.weforum.org/publications/global-gender-gap-report-2024/digest/