El nuevo rol del Educador
octubre 25, 2022Meaningful business: MBA
noviembre 3, 2022¿Qué nos mostró la pandemia?
Muchas voces reclaman que necesitamos cambios en el sector turístico. La pandemia nos mostró una vez más que el sector es sumamente vulnerable y voluble. Todos fuimos afectados por el Covid-19, ya sea a nivel personal y/o profesional. Todos los sectores industriales sufrieron los impactos, pero el turismo de plano se quedó en seco durante un largo lapso de tiempo. Aún son frescas las imágenes de aeropuertos, playas y plazas vacías. Lo que también sabemos es que el turismo es muy resiliente y que en cuanto sea posible, las personas vuelven a querer viajar. Justo después de tanto tiempo confinados en sus departamentos, el deseo de viajar fue tan fuerte que la cantidad de pasajeros que se movieron este verano por los aeropuertos se convirtió en un reto operativo grande.
¿Cuál es el camino de la resiliencia?
Uno de los caminos de resiliencia es fortalecer modelos de turismo que no formen parte del turismo convencional masivo. ¿Qué pasaría si el sector no dependiera tanto de los turistas internacionales? ¿Cómo sería si uno no siempre buscara destinos lejanos a los que hay que llegar en avión? ¿Cuál significado tendría viajar a lugares menos concurridos y viajar en grupos pequeños? ¿Puede ser que por ahí se encaminan los cambios en el sector turístico?
México, en todo su esplendor megadiverso, está lleno de destinos increíbles: sierras, selvas y bosques que se pueden recorrer. Playas con palapas y cabañas lejos del convencional modelo de Sol & Playa, zonas arqueológicas poco conocidas. En muchas regiones del país hay comunidades locales con proyectos turísticos pequeños que están esperando que lleguen más personas a visitarles. Fortalecer este tipo de turismo es uno de los caminos hacia una mayor resiliencia del sector.
Los cambios en el comportamiento de los viajeros
Muchos especialistas están de acuerdo en que hay cambios cada vez mas evidentes en la percepción y el comportamiento de las personas viajeras. La consciencia de cuáles son los impactos que nuestros viajes pueden causar, está creciendo. Y cada vez más personas buscan experiencias autenticas de contacto cercano con el lugar que visitan y su gente.
Jugando con las palabras, podemos decir que el o la turista es una persona que escapa de su cotidianidad con el fin de relajarse y desconectarse. Desconectarse del estrés de la oficina, de la rutina del cuidado de la casa, la presión de tráfico, la agenda llena. No le importa realmente dónde estará pasando sus vacaciones. Mientras haya playa, alberca, buffets con abundante comida y poca responsabilidad, el hotel puede estar en México, España o Tunisia. Las personas viajeras a cambio, viajan para conocer, para explorar, para conectarse con el lugar y su gente. Salen de los hoteles, interactúan con las personas locales, prueban la comida en distintos lugares, realizan actividades como caminatas, visitas culturales o retos de aventura. Las personas viajeras quieren sentir el destino con todos sus sentidos. La motivación de este tipo de viajeros es uno de los importantes cambios en el sector turístico.
El sistema del turismo
Tradicionalmente, el turismo ha estado enfocado en el turista y sus necesidades. Se intenta responder a todos sus deseos y de esta manera asegurar un excelente servicio. Esto, muchas veces ocurre a costo de la población y el entorno local, y ha causado daños ambientales y tensiones sociales fuertes.
El turismo, además, se ha enfocado en puntos geográficos específicos, destinos con una capacidad de recepción de turistas muy grande, lo cual ha agudizado los impactos que ellos tienen en el lugar.
Hoy en día, se busca descentralizar estas aglomeraciones y canalizar el flujo de turistas a distintos lugares mediante una diversificación de la oferta. En el centro del sistema del turismo se propone ahora colocar al destino como tal, sus ecosistemas y sus habitantes. En muchos lugares se intenta desarrollar una visión territorial y el destino es la región como tal, ya no un solo punto geográfico o una sola empresa. Este es otro de los cambios importantes en el sector turístico.
En este contexto, las comunidades locales son los protagonistas del modelo turístico. Es su territorio, es su lugar, es su historia la que atrae al flujo de visitantes. Son los lugares que ellos han cuidado desde hace generaciones, y el turismo puede ser una herramienta que apoya este cuidado. El turismo puede ser una actividad económica que complementa las actividades tradicionales y proporciona perspectivas laborales, sobre todo para mujeres y jóvenes. El turismo también puede atraer inversiones y mejorar la infraestructura local, el acceso a servicios médicos etc. El lema «un mejor lugar para vivir es un mejor lugar para visitar» nos puede guiar hacia inversiones enfocadas en el lugar como tal y no solamente en lo que se supone que necesita el turista.
¿Qué es la esencia del lugar?
En mira de este tipo de turismo, la identidad de cada lugar cobra importancia. ¿Cuál es la historia del lugar? ¿Cuál es la historia de su gente? ¿Qué es lo que la gente quiere contar y compartir? Los proyectos turísticos basados en comunidades pueden abrir vías poderosas para comunicar y compartir el legado cultural de cada lugar. De esta manera la identidad y el orgullo local se pueden fortalecer, las tradiciones mantener o incluso recuperar.
El turismo de pequeña escala puede detener la venta masiva de tierras y el cambio de uso de suelos. Los proyectos de turismo comunitario pueden defender su territorio ante proyectos de turismo invasivo masivo. Al mismo tiempo, las personas viajeras pueden aprender mucho de las personas locales. De su vínculo con su entorno, sus actividades productivas cotidianas, su ritmo de vida. El turismo puede cambiar la manera en la que las personas viajeras perciben su entorno.
¿Cuál es la perspectiva que nos acerca a estos cambios que necesita el turismo?
Todo mundo habla de que el sector turístico necesita cambios y todos queremos ser agentes de cambio. ¿Pero cómo me puedo preparar para aportar y ser parte de este cambio?
En la UMA, invitamos a nuestros estudiantes a reconocer el mundo con visión sistémica. A entender las causas y consecuencias de nuestras acciones, las relaciones entre personas y sucesos. Abrimos la perspectiva ecosistémica que nos ayuda a entender cuál es nuestro lugar en un contexto geológico, hidrológico y biológico más amplio. Conectamos con el patrimonio biocultural y la constante co-evolución entre las especies y su entorno. Y eso nos permite reconocer un destino turístico no como una aglomeración de aeropuertos, carreteras, hoteles y restaurantes, sino de montañas, cuencas, manglares y un sinfín de especies de flora y fauna que podemos y debemos tener en mente al diseñar y desarrollar nuestros proyectos turísticos.
¿Y cuáles son las herramientas que necesitamos para lograr los cambios en el turismo?
También desarrollamos habilidades blandas de comunicación, colaboración y liderazgo. Porque este tipo de proyectos no se desarrollan solos. Requieren mucha energía, mucha paciencia, muchas conversaciones, intentos, fracasos y aciertos. Nos entrenamos para tener una escucha activa, para soñar y visualizar juntos, para expresar y concretar las ideas.
Al mismo tiempo nos entrenamos para observar, para medir y evaluar lo que estamos haciendo. En el turismo durante demasiado tiempo los costos de los proyectos se externalizaron. Aguas negras disipando en el subsuelo, residuos enterrados sin manejo formal, condiciones laborales explotadoras … siguen siendo comunes en muchas empresas turísticas en todo el mundo. Pero muchos otros proyectos ya están midiendo sus impactos, desarrollando planes de monitoreo de sus acciones y diseñando estrategias para evitar impactos negativos, minimizar o mitigarlos o compensarlos con otras actividades. Estos emprendimientos y empresas son parte del cambio que necesita el sector turístico.
También nos dedicamos a recuperar la esperanza de nuestros estudiantes. La esperanza de que los seres humanos somos capaces de hacer cosas maravillosos, de moldear nuestro destino y nuestros destinos de viaje de manera positiva. Podemos cuidar y embellecer, podemos crear condiciones para que la vida florezca y las personas prosperen. Recuperamos la esperanza en nuestra influencia regenerativa en nosotros mismos y en nuestros entornos. Si quieres saber más sobre este acercamiento al turismo, puedes revisar nuestro plan de estudios de la Maestría en Turismo Sostenible.
Nota escrita por: Alexa Pauls. Directora de la Maestría en Turismo Sostenible de la Universidad del Medio Ambiente.
Fotografías proporcionadas por La mano del mono – Ismael Jiménez (mojco)
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”