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septiembre 9, 2024La arquitectura vernácula ha sido desde siempre una respuesta directa a las necesidades y condiciones específicas de una comunidad. Integra saberes locales y materiales del entorno con una profunda conexión cultural. En el caso de la cultura otomí, su arquitectura tradicional encierra tanto una cosmovisión propia como soluciones prácticas al clima y la geografía del centro de México. Sin embargo, el avance de la urbanización, la migración y la influencia de la arquitectura globalizada han transformado drásticamente la vivienda actual en la cultura otomí.
La crítica apunta a la tensión entre la preservación de la identidad cultural y la adaptación a nuevas realidades socioeconómicas. ¿Es posible, entonces, que la arquitectura vernácula ofrezca una solución relevante en un contexto actual? Aquí surge mi propuesta: un enfoque que no solo busca preservar lo existente, sino revitalizarlo a través de mis diseños y adaptarlo a las nuevas necesidades.
Imagino la posibilidad de utilizar técnicas vernáculas no como reliquias, sino como herramientas de diseño contemporáneo que dialogan con las demandas actuales de sostenibilidad, confort y eficiencia energética.
Materialidad
Las casas son construidas principalmente con materiales como piedra, adobe, madera y tejamanil, y están diseñadas para adaptarse al clima y al entorno natural. Un ejemplo es la casa de adobe, donde cimientos de piedra sostienen muros de ladrillos de arcilla cruda, sobre los que se alza un armazón de madera de pino cubierto con tejas traslapadas. Los techos a dos aguas permiten un eficiente drenaje de agua en las temporadas de lluvia, mientras que los gruesos muros de adobe ofrecen un excelente aislamiento térmico, manteniendo frescura en verano y calor en invierno. Este tipo de construcción bioclimática minimiza la necesidad de sistemas de climatización adicionales. El sistema constructivo, junto con techos de penca o teja, no solo se adapta a las condiciones climáticas sino que también es un ejemplo de economía de recursos y sostenibilidad, en contraste con la dependencia actual de materiales industriales y tecnologías energéticamente intensivas.
Otro tipo es la casa de troncos, con una planta rectangular o cuadrada. Los troncos de madera ensamblados crean paredes robustas, y una techumbre de tejamanil proporciona protección contra la lluvia. Este sistema, junto con cimientos de piedra, asegura una estructura resistente a las inclemencias del tiempo y eficiente en términos de energía. La casa de piedra, con muros sólidos y una estructura de madera que sobresale creando voladizos, destaca por su durabilidad y adaptabilidad al entorno montañoso. Estas viviendas implementan estrategias bioclimáticas al aprovechar la inercia térmica de la piedra, generando interiores confortables durante todo el año.
Cosmovisión otomí
Además de la materialidad, la cosmovisión otomí influye profundamente en la disposición de la casa. La vivienda es vista como el centro del universo, una “cavidad” que refleja el mundo natural. El fogón, con sus tres piedras, simboliza el principio masculino y la conexión entre la vida cotidiana y lo sagrado. El altar doméstico y el temazcal, presentes en muchas casas, representan la espiritualidad y la continuidad con las tradiciones. La relación entre los elementos arquitectónicos y los rituales asociados muestra cómo la vivienda otomí es tanto un refugio físico como un espacio de conexión espiritual.
La casa no es simplemente una estructura física, sino un espacio con significado espiritual y comunitario. La orientación de las viviendas y la disposición de los espacios internos responden a un orden simbólico que refleja la conexión con la naturaleza y el respeto a los ciclos vitales. La pérdida de estos elementos en la vivienda actual implica una desvinculación cultural que va más allá de lo estético, afectando la forma en que las comunidades entienden y habitan su entorno.
Casa de carrizo
La casa de carrizo, con una estructura de madera y un techo cubierto de caña de azúcar, paja o hojas de maguey, es otra solución vernácula que responde a las necesidades locales. Su diseño, con un techo a cuatro pendientes, facilita la evacuación de agua y permite la ventilación adecuada en climas húmedos. Similarmente, la casa de tablas, con cimientos de piedra, pilares de madera y una techumbre de tejamanil, muestra cómo la combinación de materiales disponibles en la región logra soluciones arquitectónicas prácticas y duraderas.
El temazcal, una pequeña construcción de piedra o adobe cubierta de tablas y tierra, es esencial en la vida otomí. Este baño de vapor, además de sus beneficios para la salud, simboliza el equilibrio entre lo masculino y lo femenino en la cosmovisión otomí. Es un ejemplo de cómo las construcciones tradicionales están integradas en la vida cotidiana, no solo como espacios funcionales, sino también como centros de significado espiritual y cultural.
Conclusiones
El análisis de la arquitectura vernácula otomí revela una complejidad que va más allá de su materialidad y técnicas constructivas. En un contexto de cambios rápidos impulsados por la migración y la globalización, la arquitectura tradicional enfrenta el desafío de mantenerse relevante sin perder su esencia. Este artículo propone que, en lugar de ver la arquitectura vernácula como un vestigio del pasado, debe ser considerada una fuente de estrategias aplicables en el diseño contemporáneo. La integración de estas prácticas puede no solo preservar un legado cultural, sino también ofrecer soluciones regenerativas en un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad. La pregunta crítica, entonces, no es si estas técnicas tienen un lugar en la arquitectura actual, sino cómo podemos adaptarlas y evolucionarlas para generar viviendas que sean, al mismo tiempo, funcionales, sostenibles y culturalmente significativas.
Referencias
- Bernard, H. R., & Gravlee, C. C. (2014). Handbook of Methods in Cultural Anthropology. Rowman & Littlefield.
- Blier, S. P. (1995). Vernacular Architecture: The Cultural Language of Space. University of Chicago Press.
- González, M. (2001). La casa otomí: Un estudio sobre la vivienda tradicional en la región de Valle del Mezquital. Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
- Gutiérrez, J. R. (2010). Arquitectura indígena en México: Una aproximación etnológica. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Oliver, P. (2006). Built to Meet Needs: Cultural Issues in Vernacular Architecture. Architectural Press.
- Zárate, M. A. (1997). El uso de materiales tradicionales en la construcción de viviendas otomíes. Revista Mexicana de Arquitectura, 15(2), 45-58.
Autoría
Escrito por Emiliano Jesús Renovales Cárdenas (estudiante de la Maestría en Arquitectura, Diseño y Construcción Sustentable, generación 2024)
Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.