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¿Pueden ser regenerativas las políticas públicas?
Esta pregunta ha estado presente desde hace tiempo dentro del área de Derecho Ambiental y Política Pública, por lo que tuvimos un diálogo con algunas personas de la comunidad UMA que están inmersos en el tema de regeneración y políticas públicas ambientales.
A lo largo de este artículo se entrelazan las preguntas y opiniones expresadas durante esa sesión, que pueden consultar en su totalidad en el siguiente enlace: Regeneración y políticas públicas.
El concepto de regeneración
Iniciamos con la pregunta obligada: ¿Qué entendemos por regeneración?
Delfín Montañana, quien es Biólogo, docente en la UMA y, entre otras cosas, ha colaborado en la elaboración de estudios para el entendimiento del lugar, análisis de sitio, diseño y desarrollo regenerativo, explicó que, técnicamente, la regeneración es una cualidad de los sistemas para mantenerse durante el tiempo y evolucionar.
No obstante, lo anterior, en el contexto de la sesión se puede entender como el potencial que existe en todo diseño humano o acción humana (cuando surge de la reflexión de los efectos de nuestras acciones, de la calidad de relaciones que construimos y de nuestra capacidad de dirigir nuestros esfuerzos) para generar beneficios en el contexto donde actuamos.
¿Cómo pueden nuestras políticas tender hacia la regeneración?
Dilia Meza, abogada, trabaja para la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y es egresada de la Maestría en Derecho Ambiental y Política Pública, señaló que actualmente las políticas están enfocadas en el momento presente y en sólo atender los impactos de nuestras obras o actividades.
Además, también menciona que hasta que no se piense a largo plazo y se tenga un análisis de los efectos de nuestras políticas en los sistemas, no podemos hablar de políticas públicas con visión regenerativa.
¿Qué plazos debemos considerar para evaluar la regeneración?
Fernando Córdova, Biólogo, investigador y quien, entre otras actividades, formó parte del grupo de análisis de manifestaciones de impacto ambiental de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, hizo énfasis en lo complejo que es evaluar los efectos regenerativos y actuar basados en la retroalimentación que se obtenga.
Esos procesos, no suelen ser compatibles con los procesos legales o de diseño de políticas, ya que el diseño actual no contempla mecanismos de ajuste o de validación de efectos.
Los primeros retos
Hagamos un recuento de estas primeras opiniones. Tenemos un concepto, una necesidad de evaluar los efectos de nuestras políticas y los primeros retos: la complejidad de evaluar y la poca posibilidad de adaptación de los sistemas legales y políticos ante los resultados que se pudieran obtener.
Una vez identificados estos primeros obstáculos, continuamos nuestra indagación con otra pregunta.
¿Qué no es una política pública regenerativa?
Para Lorena Gurza, licenciada en Ciencia Política, maestra en Planeación Regional de los Recursos Naturales y docente en la UMA desde sus inicios, es más sencillo empezar definiendo que NO es una política pública regenerativa.
Ante ello, presentó los enfoques que considera han guiado el diseño de las políticas públicas ambientales en México.
Parece un salto cuántico. Para que las políticas sean regenerativas éstas deben velar por que los sistemas vivos alcancen sus mejores estados posibles. No está sucediendo actualmente, pero es necesario visibilizarlo si es que se quiere cambiar.
La regeneración en el proceso
Del contexto surgió una premisa: para que exista algo que pueda considerarse regenerativo, debe emerger de un proceso diferente al actual, en donde no se trate de plantarnos cómo minimizar los daños si no qué beneficios se pueden generar.
Un ejemplo muy concreto: en vez de manifestaciones de impacto ambiental platear declaratorias de beneficios ambientales.
El reto del tiempo
Se plantean procesos en donde existan participación pública efectiva, diálogo y concesos. Pero el tiempo no juega a nuestro favor ya que hay necesidades por atender que no pueden esperar.
El tiempo, el tiempo, todo parece ir más rápido y nosotros también estamos con ese apremio y nos perdemos en ello, pisando los brotes que aparecen en el camino.
Pero… no queremos evaluarlo todo y llegar a consensos en todo momento.
Tal vez vale la pena identificar puntos clave y detenernos a analizarlos con detenimiento, aunque todo lo demás siga su ritmo acelerado.
Dilia retoma y manifiesta esperanza, da un ejemplo en donde sí se logró un diálogo para las actividades relacionadas con el Tiburón Ballena.
Reconoce que son procesos largos en donde hay muchos intereses involucrados y que la mayoría de las veces no se toma en cuenta el bienestar de la especie en sí misma; sin embargo, se lograron avances para conciliar intereses y la protección del ecosistema.
Entendimiento compartido y potencial
Surge la necesidad de alinear expectativas y aspiraciones, crear e identificar valor, arraigo y pertenencia, como una base de la cual partir hacia la regeneración y políticas públicas ambientales.
Como ejercicio previo interesante, se propone analizar los instrumentos políticos con los que actualmente contamos y determinar a qué dan lugar y cómo los podemos mejorar.
Por ejemplo, los corredores biológicos, las compensaciones en el cambio de uso de suelos forestales, la ya citada evaluación de impacto ambiental, etc.
Se estima imperante aprovechar el andamiaje institucional existente y buscar su consolidación para avanzar en la alineación de los intereses sociales con el bienestar de los sistemas vivos.
Avances existen, como el Acuerdo de Escazú, que ha sido producto de un trabajo de más de 30 años que poco a poco se ha insertado en la agenda pública.
Ejemplos como ese deben ser nuestras referencias para seguir ajustando el rumbo.
Ejemplo de un acuerdo internacional:
El papel de los ciudadanos
Pero los esfuerzos no pueden ir muy lejos si los ciudadanos no contribuimos a este cambio de paradigma, impulsar el sistema hacia un interés mayor, más allá del interés privado.
Crear espacios para que la juventud pueda reflexionar y participar. Generar lazos, compartir experiencias, fortalecer puentes de entendimiento.
No conformarnos con que sólo se gestionen las crisis, sino buscar propiciar la estructuración de un estado que sea capaz de diseñar a futuro.
Un ejemplo concreto
Espero que los lectores no hayan tenido la expectativa de encontrar respuestas, no son tarea sencilla las preguntas aquí planteadas, más bien buscamos sumarlos a la reflexión.
Pero no los vamos a dejar así, queremos invitarlos a leer el proyecto de titulación de Dilia Meza, en donde se lograron conciliar intereses de diversos actores, así como la conservación dentro de un área natural protegida.
El proyecto de Dilia es un ejemplo que para nosotros representa un antecedente que evidencia la posibilidad de plantear proyectos con visión regenerativa.
El proyecto se titula: Propuesta de marco normativo para áreas naturales protegidas con la visión de regenerar los pastizales a través de la participación activa de los ejidatarios colindantes.
Caso de estudio: Parque Nacional San pedro Mártir, Ensenada, Baja California.
La propuesta consideró los siguientes elementos: ecosistema, sociedad y marco jurídico.
Esto fue posible gracias al entendimiento sistémico de la problemática socioambiental y logra compatibilizar conservación y tradición bajo un marco normativo novedoso.
En caso de que les interese leer el documento completo, con gusto se los puedo proporcionar si me escriben a csj@umamexico.com.mx
EL RUMBO
En este caso la regeneración y políticas públicas ambientales, los participantes coincidimos en que la regeneración, sea como concepto, visión o proceso, es una estrella polar a la cual es importante dirigir nuestra atención.
Nos invita a reflexionar acerca de los efectos de nuestras acciones, para ser conscientes del potencial y responsabilidad que tenemos como especie de generar beneficios en los contextos y lugares en donde incidimos y, desde ahí, actuar.
Escrito por Cristina Padma Sánchez Juárez Heres, Directora del Área de Derecho Ambiental y Política Pública.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”