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HERBOLARIA ANCESTRAL, CIENCIA DEL PASADO QUE SANA EL PRESENTE
febrero 8, 2025Cumplimiento de la NDC de México ante restricciones de Estados Unidos
febrero 11, 2025Escrito por Ana Raquel Hernández, estudiante de la Maestría de Innovación Educativa para la Sostenibilidad
El vínculo entre los seres humanos y la naturaleza es mucho más que una necesidad básica: es una relación profunda que define nuestra existencia. Agua, aire, nutrientes… estos son solo algunos de los recursos esenciales para que nuestros cuerpos funcionen correctamente. Cada ciclo biogeoecológico, desde el pequeño microorganismo hasta el gran árbol, depende de la interacción constante entre los organismos vivos, y nosotros somos parte de ese círculo vital.
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Foto de Ana Hernández
El olvido de la Madre Tierra
En la vida moderna, en medio del ajetreo comercial y las rutinas diarias, a veces siento que nos estamos distanciando de la naturaleza. Como un recordatorio constante, suelo desconectarme y adentrarme en entornos naturales. Ya sea observando un amanecer, caminando por la montaña o simplemente tocando la tierra, esa conexión me ofrece una paz y una calma indescriptibles.
Sin embargo, también veo con tristeza cómo muchas personas parecen haberse desconectado de la Madre Tierra. Pero en lugar de lamentarme, he decidido enfocarme en lo que sí puedo cambiar: mis propios hábitos. Al cambiar mi conciencia y mis acciones diarias, busco respetar más el entorno que me rodea. Reducir residuos, consumir de manera más consciente, y valorar los recursos naturales se han convertido en parte fundamental de mi vida.
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Foto de Fernanda Díaz
Una conexión profunda: física, emocional y espiritual
He descubierto que mi vínculo con la naturaleza va más allá de lo físico; es también emocional y espiritual. La naturaleza se ha convertido en mi maestra, enseñándome a comprender tanto a mí misma como al mundo que me rodea. Cada estación, cada pequeño crecimiento en una planta, me recuerda la importancia de vivir en armonía con ella. Todo está interconectado. Desde el ciclo de las estaciones hasta el fluir de los ríos, la naturaleza me recuerda que nuestras acciones tienen un impacto directo en el equilibrio de la vida.
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Foto de Ana Hernández
Este aprendizaje me ha llevado a la reflexión de que nuestras decisiones, aunque individuales, tienen un impacto colectivo. De hecho, uno de mis objetivos más grandes es seguir aprendiendo de la Madre Tierra, manteniendo una relación respetuosa con ella y contribuyendo a un mundo más justo y equilibrado para todos los seres vivos.
El poder de la comunidad y el aprendizaje colectivo
Y no solo se trata de lo que puedo hacer sola. El cambio real y profundo sucede cuando nos unimos como comunidad. Por eso, dentro de las estrategias educativas para la sostenibilidad que ofrece la Maestría, participamos en una actividad de sensibilización y reflexión, inspirados por la naturaleza para diseñar actividades creativas que expresen el vínculo entre los seres humanos y la Tierra.
Estos ejercicios incorporan conceptos como interacción, dinamismo, interdependencia y autoorganización, reflejando la manera en que todos los elementos de la naturaleza se conectan entre sí. Este tipo de dinámicas nos conectan con nosotros mismos, y nos relaciona con lo que nos rodea, abordando de esta manera lo siguiente: “La nueva educación no sólo se enseña, si no que se vive”
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Foto de Daniela Quinzaños
Mi propuesta creativa: Un video y collage fotográfico
Como parte de esta actividad, decidí crear un video y un collage fotográfico para expresar visualmente la conexión entre la naturaleza y nuestro cuerpo. En el video, muestro el proceso de generación del suelo, creado por microorganismos durante la degradación de los compuestos orgánicos.
Este proceso de interacción y dependencia entre especies es crucial para que los ciclos de la vida puedan seguir su curso. Al igual que la energía y la materia, que no se destruyen, sino que se transforman, nosotros somos parte de ese ciclo continuo.
El video lleva por título «Tierra somos y en Tierra nos convertiremos». ¿Por qué? Porque nuestro cuerpo está compuesto por los mismos elementos que la Tierra. Al final de nuestra vida, cuando nuestro cuerpo regrese al suelo, nos convertiremos en otra parte de ella.
Conexión visual: Un collage fotográfico
Además, he creado un collage fotográfico que refleja la relación íntima entre los elementos de la naturaleza y mi propio cuerpo. Este collage es un intento de mostrar cómo, en esencia, no somos seres separados de la naturaleza, sino que estamos profundamente interconectados con ella. La tierra, el aire, el agua, todos forman parte de nuestro ser.
Escucha la música original que acompaña el video aquí
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Fotos de Ana Hernández
Reflexión final
Cada vez que me conecto con la naturaleza, siento un recordatorio profundo: nuestra existencia no es un acto aislado, sino una constante interacción con el entorno. Si aprendemos a vivir en armonía con la Tierra, podremos contribuir al bienestar de todas las formas de vida, creando un mundo más equilibrado y justo.
Te invito a reflexionar sobre tu propia conexión con la naturaleza.
¿Cómo puedes contribuir a este equilibrio? Todos somos parte de este hermoso ciclo. El cambio comienza con uno mismo, pero su impacto puede llegar mucho más lejos cuando nos unimos como comunidad.
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Foto de Ana Hernández
Referencia:
Montemayor, Isis. 1 de agosto de 2019. Madre tierra. Album: Sana Corazón. https://www.youtube.com/watch?v=Z_zN80-0adE
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”