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mayo 9, 2023El pensamiento sistémico juega un papel esencial en todas las actividades humanas. Ser capaces de mapear y entender cómo funciona un sistema, comprendiendo el papel que juega cada una de sus partes, es fundamental para poder actuar sobre una condición determinada. Mientras mejor entendamos el sistema sobre el que vamos a incidir, las acciones a llevar a cabo serán más poderosas . Con esa premisa, la UMA, ofrece a sus estudiantes un seminario para obtener las herramientas necesarias para entender los sistemas y lograr incidir en ellos.
Primeros pasos del Pensamiento Sistémico en los proyectos arquitectónicos.
Los primeros pasos en el desarrollo de un proyecto arquitectónico debe ser comprender el sistema en el que se encuentra. El pensamiento sistémico se aplica en todas las partes del proceso de desarrollo del proyecto. Esto, debido a que es imposible entender un sistema aislado de sus partes. Como dijo Anabel Membrillo, reconocida experta en análisis de sistemas y miembro del cuerpo docente de la UMA, un sistema es un conjunto de elementos conectados entre sí, que funcionan como un todo.
Para empezar un proyecto arquitectónico es importante conocer los actores del proyecto y sus intereses. Es decir, saber quién es nuestro cliente, quienes están involucrados en el proyecto (personas y/o agencias). Así también, cuál es el papel de cada actor, relevancia de los mismos y el momento en el cual deben de incidir cada uno. Además de esto, es necesario cambiar nuestro paradigma sobre que el objeto arquitectónico es el fin. En realidad el propósito es el proceso que va a desencadenar el objeto arquitectónico.
Caso hipotético de estudio.
Primeros pasos: definir a los actores y condiciones.
Imaginemos desarrollar un proyecto sobre una casa para una familia compuesta por papá, mamá, hija, hijo y perro. En este caso, la mamá es dueña de una empresa que trabaja acero y por lo tanto se la facilita obtener precios bajos en material, por lo que quiere hacer una estructura metálica. El terreno tiene ciertas condiciones legales, topográficas y de orientación. La familia quiere una casa en tres niveles pero sólo están permitidos dos, según el reglamento aplicable. Además, la familia quiere aprovechar subsidios en pagos de predial instalando celdas solares fotovoltaicas y cosechar agua de lluvia.
Si no conocemos a todos los intereses y necesidades de los actores, ni los analizamos desde un inicio, dedicaremos horas a un trabajo que no responde a las necesidades ni condiciones de todos los involucrados. Eso provocará que trabajemos en un proyecto que, o bien no se construirá, ya que no logrará satisfacer las necesidades y condiciones de los actores, o bien, que se construya y sea un fracaso.
Segundos pasos: entender a los actores y sus ciclos.
Una vez analizados los actores, es necesario entender los procesos o actividades que se van a llevar a cabo. En este caso hipotético, la hija practica artes plásticas y empieza a tener cierto éxito comercial. Diseñar una casa donde permee suficiente luz natural para practicar y al mismo tiempo, sirva de galería reforzará un ciclo creativo. Por el contrario, diseñar un estudio sin luz natural y sin la posibilidad de mostrar sus obras, se verá reflejado en su trabajo e incluso puede ser que deje la pintura.
Esto mismo se puede aplicar a cada una de las actividades cotidianas de la casa. El papá tiene una condición médica y le han sugerido subir escalares. Si localizamos su habitación en planta alta con una escalera cómoda, tendrá la posibilidad de hacer cierto ejercicio. Estos pequeños gestos, de dónde colocar cada una de las partes del programa arquitectónico, pueden ayudar a reforzar ciclos virtuosos e incidir sobre la vida de las personas y sobre el sistema “casa” y sus actores.
Reflexión
Existen varios proyectos, construidos por arquitectos o en autoconstrucción, donde el haber entendido a la perfección el sistema a incidir produjo proyectos útiles, mientras que otros proyectos que no tomaron en cuenta la totalidad de circunstancias han fracasado.
El pensamiento sistémico adecuado a un proyecto no termina en la elaboración del programa de necesidades y su solución. También deben ser tomados en cuenta los permisos necesarios a obtener para poder construir el proyecto. Esto engloba su financiamiento, (crédito, apoyos, donaciones, recursos propios etc.), entender el modelo financiero, quiénes van a participar en la construcción y en qué momento deben involucrarse, entender tiempos de entrega de la obra etc.
Es necesario recordar que los arquitectos diseñan edificios para que se lleven a cabo actividades en ellos. El objeto arquitectónico hace sentido cuando los procesos suceden. Por consecuencia, los procesos suceden cuando se han entendido el sistema. En este sentido, la importancia de una iglesia es que la gente pueda congregarse para a realizar sus ritos y enaltecer el espíritu; el de una fábrica que se puedan elaborar de manera eficiente ciertos artículos; el de una casa convertirse en un hogar donde la gente interactúe y las relaciones humanas sucedan, no únicamente “una máquina para habitar”.
El pensamiento sistémico en la UMA.
La Universidad del Medio Ambiente ofrece cuatro asignaturas bajo el nombre de Marcos de Pensamiento, que son fundamentales en su currícula. Estos seminarios nos enseñan a reflexionar sobre el ‘¿por qué?’ y el ‘¿para qué?’ de nuestras acciones, elementos esenciales en el proceso de toma de decisiones. El pensamiento crítico nos proporciona el fundamento necesario para responder a estas preguntas, impulsándonos a investigar y comprender todas las aristas y posibilidades. Esto asegura que nuestras decisiones estén basadas en evidencia válida. Esta herramienta poderosa nos permite romper paradigmas y buscar soluciones innovadoras, basadas en información rigurosa. Personalmente, considero que la UMA entiende y aplica eficazmente el potencial del pensamiento crítico en la formación de sus estudiantes.
Considero que aplicar el pensamiento sistémico en la arquitectura es una herramienta muy poderosa para hacer mejores proyectos, mejores ciudades y un mejor lugar para vivir.
AUTORÍA:
Escrito por Rodrigo Carvallo Chinchilla (estudiante de la Maestría en Arquitectura, Diseño y Construcción Sustentable, generación 2021)
Las opiniones incluidas en este artículo son responsabilidad de quien las escribe, y no reflejan la postura, visión o posición de la Universidad del Medio Ambiente.