Aprende a hacer Proyectos Socioambientales en la Universidad del Medio Ambiente
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Si queremos entender el Turismo Biocultural, nos debemos preguntar primero qué es el patrimonio biocultural. Victor Toledo y Narcisso Barrera escribieron en su libro La memoria biocultural (2009) que ésta está “integrada en la memoria de un grupo originario o indígena que mezcla la diversidad natural con la diversidad cultural a través de conocimientos generados por miles de años.”
En las palabras de Eckard Boege, otro investigador importante sobre el tema, el patrimonio biocultural se expresa como “los bancos genéticos, de plantas y animales domesticados, semi domesticados, agroecosistemas, plantas medicinales, conocimientos, rituales y formas simbólicas de apropiación de los territorios.” (El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México. 2008).
Es entonces un conjunto de creencias, prácticas y conocimientos que adquiere y cultiva un pueblo en estrecha convivencia con su entorno natural. Este conjunto se pasa de generación a generación, consolidando y afinándolo como el patrimonio material e inmaterial de la comunidad.
¿Y el Turismo Biocultural?
El Turismo Biocultural es un tipo de turismo que busca enaltecer y compartir este patrimonio con viajeros de manera responsable. Los escépticos advierten que el interés del sector turístico en el patrimonio biocultural lleva a una invasión de los pueblos por parte de los segmentos privilegiados de la sociedad urbana. Los optimistas reconocen en este tipo de turismo una herramienta de fortalecimiento de la cultura local.
Por lo mismo, en la UMA, una de los dos principales ejes del plan de estudios de la Maestría en Turismo Sostenible se llama Turismo Biocultural. En primer semestre, nuestros estudiantes son familiarizados con conceptos como la interculturalidad, el codiseño y la ecología profunda. Aprenden a cocrear proyectos turísticos desde el respeto mutuo y la humildad.
Las características del Turismo Biocultural
Según Ismael Bello Cervantes y Adriana Montserrat Pérez Serrano, investigadores del Colegio de Tlaxcala, el Turismo Biocultural debe cumplir con las siguientes características:
- Es un turismo planificado, controlado y gestionado por las comunidades mismas.
- Se reconoce como una actividad complementaria a otras actividades productivas.
- La redistribución de los beneficios es justa y equitativa.
- Genera espacios de diálogo entre civilizaciones en respeto mutuo.
- Invita a los participantes a reconocer y valorar la otredad.
- Conlleva un aprendizaje intercultural mutuo.
- Crea una interacción directa del viajero con el patrimonio biocultural a través de la participación en actividades tradicionales.
- Ayuda al viajero a comprender y valorizar la fuerte conexión existente entre naturaleza y cultura de la comunidad anfitriona.
- Muestra al viajero que hay formas de vida basadas en relaciones de reciprocidad.
- Provoca una profunda transformación en el viajero.
- Aporta a la preservación del patrimonio biocultural.
- Es un medio de defensa de la autonomía de las comunidades.
(Turismo Biocultural: Relación entre el patrimonio biocultural y el fenómeno turístico. Experiencias investigativas. Scripta Ethnologica, Vol. XXXIX, 2017, pp. 109-128, Consejo Nacional de investigaciones científicas y técnicas, Buenos Aires, Argentina)
¿Y la folklorización?
Mientras las comunidades mismas puedan elegir con qué touroperadores quieren trabajar, cuáles de sus lugares y tradiciones quieren compartir con los visitantes y cuántos viajeros quieren recibir, el Turismo Biocultural puede ser una actividad laboral complementaria valiosa. Es una buena oportunidad para integrar a mujeres y jóvenes a las actividades comerciales de la comunidad. Así mismo puede ayudar a que se revaloricen y fortalezcan ciertas actividades tradicionales.
Aún así, es muy importante cuidar la autenticidad y el respeto hacia las cultura anfitriona. No debemos caer en la folklorización que ocurre en el turismo masivo. El cual aprovecha la cultura local como un atractivo pintoresco, sin crear una verdadera interacción y comprensión.
De ahí que un gran ejemplo de Turismo Biocultural es el Hotel Taselotzin. Un proyecto hermoso y auténtico operado por una cooperativa de mujeres de la comunidad de Cuetzalan, Puebla.
¿Y qué puede hacer el operador del viaje?
Está en manos de las personas que coordinamos y operamos viajes crear aquellos espacios seguros de encuentro. Podemos invitar a experiencias que más allá de solo observar la cultura, permitan un verdadero encuentro, cuestionamiento y entendimiento. En tercer semestre nuestros estudiantes cursan un seminario de Diseño de experiencias para Turismo Regenerativo. En esta materia aprenden a cocrear experiencias que enriquezcan al viajero a través de experiencias significativas, al mismo tiempo que fortalezcan las tradiciones y el tejido social de las comunidades anfitrionas. Además de tener un impacto positivo en el entorno natural del lugar que se visita.
Ciclo de aprendizaje del Turismo Biocultural
Una de las herramientas que se usan para crear experiencias significativas es el ciclo de aprendizaje de David Kolb. A través de una experiencia concreta, como un paseo por el bosque para recolectar hierbas medicinales, el viajero vive una inmersión biocultural. Después, es invitado a reflexionar sobre lo vivido. Junto con sus compañeros de viaje comparte sus experiencias y observaciones. La intención es que los participantes logren cosechar un significado que los lleve más allá de haber vivido una grata experiencia que termine en una anécdota de viaje.
El aprendizaje abstracto puede ser, por ejemplo, sentir una nueva calidad de conexión con las plantas. El viajero puede intentar mantener esta conexión viva en su cotidianidad. Puede sembrar plantas medicinales en su casa o caminar de manera consciente entre los árboles de un parque en la ciudad. Si esto se logra, es muy probable que el viajero decida volver a tener este tipo de experiencias concretas que le dan tanto. De esta manera aseguramos a un cliente futuro y una buena promoción entre sus familiares y amigos.
Figura 1: Ciclo de aprendizaje de Kolb
Si logramos procurar espacios seguros de encuentro y creamos experiencias que regeneran y fortalecen a todos los involucrados, podemos aprovechar el turismo como una herramienta de fortalecimiento comunitario y conservación del entorno natural. Para de esta manera aportar a la conservación del patrimonio biocultural.
La fotografía de Perú fue proporcionada por Abel, un agente de cambio egresado de la Maestría en Turismo Sostenible que realiza experiencias de turismo biocultural en Perú. Si viajas a Perú y quieres vivir una experiencia especial, te recomendamos viajar con Andean Walker.
Nota escrita por: Alexa Pauls Directora del área académica de Turismo sostenible de la Universidad del Medio Ambiente
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”