La teoría del turismo sostenible nos lleva a crear una visión de conservar y mantener las mejores condiciones posibles de los destinos y sus personas. El turismo regenerativo nos lleva no sólo a conservar, sino a facilitar procesos que puedan generar valor, restauración y crecimiento en las personas que viajan, los anfitriones y los recursos del mismo territorio.
Todos sentados alrededor, sintiendo el calor de las llamas, con los rostros y las miradas brillantes por el reflejo del fuego, con la luz haciendo que las sombras bailen y nunca se queden quietas. El fuego tiene algo que nos atrae, nos une en un sentido de cuidado: Cuidado de los otros, cuidado propio y cuidado al mismo fuego.
Así, mi visión de los viajes y el turismo se parecen mucho al acto de sentarse alrededor del fuego.
La teoría del turismo sostenible nos lleva a crear una visión de conservar y mantener las mejores condiciones posibles de los destinos y sus personas. El turismo regenerativo nos lleva no sólo a conservar, si no a facilitar procesos que puedan generar valor, restauración y crecimiento en las personas que viajan, los anfitriones y los recursos del mismo territorio.
Y tampoco creo que los anfitriones y comunidades debían de estar al centro de todo, pues finalmente son sólo parte de la cadena de valor y de la experiencia del viaje, y las personas que nos reciben son tan importantes como las que nos visitan. Mi visión particular pone al centro al territorio y su patrimonio.
Viajar es visitar y disfrutar un destino distinto al que normalmente habitan. Viajar implica que los anfitriones puedan compartir los paisajes, la cultura y los servicios que ofrece un destino. Entonces ¿Por qué seguimos teniendo ésta visión antropocentrista en la que viajeros o anfitriones van primero y sobre todas las cosas?
El territorio es el centro (Foto: Berk Özden)
El territorio es el fuego que todos debemos de cuidar, es nuestra porción de planeta en la que nos toca crecer y prevalecer.
Y si el destino y el territorio resultan dañados, no tendremos lugares para disfrutar, los visitantes dejan de llegar, la economía comienza flaquear y se generan prácticas que atentan con la salud de la naturaleza y las personas mismas.
Pero, más importante que eso, la destrucción de un territorio implica la pérdida del patrimonio biocultural, de los servicios ecosistémicos, de la flora y fauna, de la salud del ecosistema y por ende, la salud de las personas que lo habitan y esto es mucho más grave que sólo perder el valor turístico.
Lo anterior implica poner el territorio y su patrimonio natural y cultural al centro. Finalmente, cambiar nuestra perspectiva en la que viajeros, anfitriones y otros actores nos sentamos alrededor, como frente al fuego. En una fogata, siempre sucede que sin un acuerdo específico de quién cuidará el fuego. todos permanecen atentos, observando y cuidando. Quien está más cerca de la rama que tiene que ser movida lo hace y siempre hay algún voluntario que se pone de pie para traer más leña y atizar el fuego. El fuego que nos alumbra y nos calienta a todos, es el territorio.
Poniendo al destino al centro y nosotros alrededor sin jerarquías, sin imposiciones, con su luz irradiando en todas direcciones y la luz alumbrándonos a todos, podemos tener destinos y viajes más bellos y trascendentes.
Informarse, leer, interesarse por el destino, su riqueza y su problemática. Visitar los destinos desde una perspectiva viajera y buscar dejar sólo cosas buenas, amistades, derrama económica bien distribuida, comentarios honestos y recomendaciones consideradas y objetivas.
Foto: Grecia Bárcena
El turismo es una herramienta para la conservación y la regeneración de nuestro planeta y nuestras comunidades, de eso estoy seguro.
Nota original publicada en el Blog de Gerardo Ibarra.
Ruta Origen es una empresa social mexicana dedicada al desarrollo comunitario a través de experiencias de turismo sostenible. Ofrece rutas y experiencias a la medida que impactan de forma directa en los destinos y en cadenas productivas: cacao, mezcal, café y otros productos. Ofrece experiencias de turismo en contacto real con los destinos y las comunidades de México.
“Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de la Universidad del Medio Ambiente”